POR MEDIO de la mayoría de Morena en el Senado, el presidente Andrés Manuel López Obrador vuelve a poner a las instituciones de la República al servicio de sus más íntimos rencores. Todo el poder del Estado contra el INE o, mejor dicho, contra lo que AMLO cree que es el INE. 

PORQUE no hay un diagnóstico, ni un análisis de cuál es la lógica de la improvisada y apresurada reforma a las leyes electorales. El propio padre del adefesio constitucional, Pablo Gómez ahora se dice muy preocupado por la validez jurídica de su criatura. Hasta anoche, Ricardo Monreal era el único dentro de Morena que había alzado la voz sobre los vicios de inconstitucionalidad del paquete de reformas. 

RESULTA increíble ver a los mismos que durante años formaron parte de la lucha por que los votos se contaran y contaran, votar ahora por una reforma que echa abajo el trabajo de generaciones. Los legisladores de Morena quebraron los pilares de la democracia mexicana, para apuntalar el ego de un solo hombre. A las cosas hay que llamarlas por su nombre: esto no es una reforma electoral, es una venganza personal.

LAS PATADAS en la Suprema Corte están más fuertes que en el Mundial de Qatar. Los y las aspirantes a suceder a Arturo Zaldívar se están sacando unos a otros sus respectivos trapitos.

POR EJEMPLO, apenas levantó la mano Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, pa’ pronto salieron a recordarle que su llegada al máximo tribunal (hace 10 años) se dio con el apoyo de uno de los personajes más peculiares del priismo: Emilio Gamboa Patrón. Con todo y que el ministro fue titular del SAT en tiempos del foxismo, ahora lo quieren identificar con el PRI, para que no llegue a la presidencia de la Corte. 

EL QUE salió con súper premio de consolación fue Reyes Flores Hurtado, quien compitió por la candidatura de Morena para Coahuila. Y es que perdiendo… ¡ganó! Resulta que en la encuesta morenista fue barrido por Armando Guadiana, pero es su suplente en el Senado. Así que cuando el hombre del sombrero pida licencia antes de que acabe el año, su contendiente podrá acomodarse en el escaño y echar a andar la máquina registradora de la dieta legislativa. 

DE PENA AJENA la violencia que exhibió el diputado Jesús Sesma al golpear al también legislador Jorge Gaviño, en los pasillos del Congreso de la Ciudad de México. Ambos dejaron ver que la representación popular les queda muuuy grande. 

PERO en el caso de Sesma, del Partido Verde, quedó de manifiesto que hasta para pelear es un gandalla, vista la manera en que pateó al perredista de 65 años. El colmo es que sólo así, haciendo esos papelazos, es como logran que se hable de ellos.

 

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