El miércoles, un colega de Oaxaca me envió una particular sugerencia, copio textual:
“Buenos días. Sería importante escuchar a la abogada del que quemó a la Sra. Ríos.
Aquí hay otras versiones. Incluso dicen que ella ha abusado de su condición y ha tomado mucha lana. Ha presentado papeles falsos. Eso es lo que manejan los medios aquí. Dicen que ya sanó de sus heridas…”
Además de lo triste que resultan los chismarracos y las pusilánimes descalificaciones, el colega desconocía que yo ya había entrevistado en mi noticiero de MVS a la “supuesta” abogada, Maribel Pérez Santaella, digo “supuesta” porque después de hablar con ella, fue la misma María Elena Ríos quien me confirmó al aire que esa abogada ni era conocida en el juicio ni mucho menos había estado presente en la audiencia del pasado sábado, donde el juez Teódulo Pacheco concedió la prisión domiciliaria a Vera Carrizal.
Ambas conversaciones pueden consultarse aquí: https://youtu.be/Oy82K_V6lGs
Afortunadamente, el jueves fue revocada la decisión del juez Pacheco y Vera Carrizal continuará su proceso en prisión preventiva justificada a la espera de una sentencia que ha tardado más de dos años en llegar.
Sin embargo, para que esto sucediera tuvo que pasar mucho, de entrada, la presión mediática que provocó reacciones de organismos nacionales e internacionales, de algunos legisladores, del gobernador Salomón Jara y hasta del presidente López Obrador.
Pero, sobre todas las cosas, para que Juan Antonio Vera Carrizal siga en la cárcel, tuvo que pasar el tesón de María Elena, su valía, su coraje, esa sed de justicia que no puede saciarse con nada y que parece que se vuelve más fuerte a cada revictimización, a cada estropicio judicial, a cada imprecación contra su dignidad.
Que se benefició de todo el escándalo, que realmente ella se lo buscó, que ya “sanó de sus heridas”, que nomás anda buscando fama, que se inventa todo, que usa “papeles falsos”, que Vera Carrizal es la verdadera víctima, que no exagere…
Las frases del México misógino, a fin de cuentas del país dónde gana el más cabrón porque sabe bien como chingarse a la justicia, ¿prefieres ser como María Elena o como Vera Carrizal?, ¿prefieres ser una víctima o un hijo de puta?, aquí parece que a veces nos gusta entronizar al más gandalla.
“A mí me quemaron como a la brujas en la edad media, y ahora mi agresor puede tener sólo arraigo domiciliario y más allá de no pagar la reparación del daño, a 5 años del hecho no ha recibido sentencia aún…”, dijo en el Congreso hace un par de días Maria Elena, antes de tener que salir corriendo a Oaxaca para impugnar la decisión de liberaría a su agresor.
Lo peor, es que no es solo a ella a la que quemaron como lo hacían con las brujas en la edad media, la Fundación Carmen Sánchez ha registrado al menos 28 ataques con ácido en las últimas dos décadas, 22 víctimas han sobrevivido para contarlo y en la mayoría de los casos sus agresores siguen en libertad.
En eso, en que Vera Carrizal está en prisión, también es diferente el caso de María Elena.
De Colofón
El año pinta para ser de movilizaciones intensas en la calle, el 26 de febrero organizaciones de la sociedad civil, particularmente de corte anti lopezobradorista, convocan a llenar el Zócalo, si repiten la asistencia de la marcha rosa del 13 de noviembre lo lograrán sin mucho problema, pero no se ve tan fácil.
El presidente ha reaccionado y responde con otro amlo-fest para el 18 de marzo, en el marco de la conmemoración de la expropiación petrolera.
Ojalá que de las marchas no se pase a otra cosa… Y todavía faltan 612 días para que termine el sexenio.
@LuisCardenasMX