Pecado

1.- Transgresión consciente de un precepto religioso.

2. – Cosa que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido.

Diccionario de la Real Academia de la Lengua. 

Las tribulaciones de Francisco comenzaron desde el principio de su papado. Un hombre profundamente humano encuentra que su Iglesia vive en la contradicción. Durante siglos la homosexualidad fue condenada como “desviación” de la naturaleza humana y no como parte de la misma.

El sufrimiento de quienes nacieron con una orientación sexual distinta fue indecible. Escondidos, vejados y metidos en el “clóset”, vivían la discriminación y los vituperios de la sociedad heterosexual. 

Basta recordar el baile de los 41 en Ciudad de México durante el porfiriato. A partir de un evento social fueron encarcelados los “desviados” o “invertidos”. Para no ir tan lejos, el Papa menciona con claridad que hay países donde es delito ser homosexual o bisexual o cualquier otra cosa que no sea la heterosexualidad. En 10 países se les puede condenar a muerte.

En el mundo del Islam, las cosas no evolucionan como en Occidente y la religión somete y discrimina a quienes nacieron con esa orientación distinta a la mayoría. Incluso en países desarrollados como Singapur no encuentran cómo conciliar las diversas religiones de la población, con el deber secular de dar libertad a los ciudadanos de vivir como mejor les parezca, tal como se hace en Europa, en Estados Unidos y ahora en Latinoamérica. 

La liberación es un fenómeno de nuestro tiempo, tema que, junto con el feminismo, logró emancipar a millones del prejuicio y la ignorancia y colocó en igualdad cívica y moral a quienes son distintos en su intimidad. 

Ahora dice el Papa Francisco que no es delito la homosexualidad pero sí es pecado. Curioso porque la mayoría de la curia romana (el 80%) tienen esa orientación. La mayoría en el Vaticano vivirían en pecado y eso tendrían que confesarlo. 

El Papa también dice que debemos tener ternura frente a ellos al igual que Dios la tiene con nosotros. Eso no es muy caritativo porque, de nueva cuenta, colocan a todos en la comunidad LGBT como personas merecedoras de “ternura”. Lo único que debemos tener es respeto y espíritu igualitario. 

Nunca se nos ocurre decir que a los zurdos debemos ofrecerles ternura. Quienes tienen destreza en la mano izquierda son un porcentaje minoritario de la población. Bill Clinton es zurdo al igual que Barak Obama, pero jamás los discriminaron por eso o les dijeron que vivían en el pecado de los “siniestros”. 

Sabemos que el Papa tiene que cuidarse de los conservadores dentro de la Iglesia pero es tiempo de dar el paso adelante y decir: ni es delito ni es pecado. Es un fenómeno humano y ya, como lo es ser güero, pelirrojo o de pelo negro. 

Para las nuevas generaciones en nuestro país -por fortuna- no representa un problema reconocer a matrimonios homosexuales. Todavía les levanta el pelo a algunos que adopten hijos o tengan descendencia por medios distintos a los tradicionales pero eso será inevitable con el tiempo.

Los cambios se dan hasta en Cuba, donde poco cambia y ahora aceptan civilizadamente a la comunidad LGBT después de haberlos segregado. Los países árabes son fundamentalistas pero sucederá lo mismo que con la esclavitud: los pueblos se irán liberando del yugo dogmático y la discriminación homofóbica.

La forma más humana de convivencia es la tolerancia y el respeto, además de la búsqueda perpetua del conocimiento en la ciencia, que en este caso nos permite comprender antes que juzgar. 

 

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