Marko, el agitador
Hay que agradecerle a Marko Cortés, el dirigente nacional del PAN, haber venido a animar el panorama político de Guanajuato, que a pesar de que los tiempos de definir la sucesión se vienen encima sin remedio, lucía todavía somnoliento.
Pero con su declaración de que el PAN postulará para la elección del año próximo a una candidata, en un proceso en el que solamente participarán mujeres, hizo arder la Troya del panismo guanajuatense, seguro de su trascendencia por haber mantenido el poder tanto tiempo y confiado de que lo hará una vez más.
Bastó seguirle la pista ayer a nuestras plataformas digitales y echarle un ojo a nuestra edición impresa de hoy -nuestros columnistas reflejaron el embrollo de inmediato- para darnos cuenta de la zacapela que se avecina entre los panistas, muchos de ellos inconformes con el procedimiento que pretende dictar Cortés y otros tanto con el hecho de que se les venga a anunciar así, de manera tan desconsiderada.
Los caballeros soltaron de su ronco pecho para destacar que si bien reconocen los méritos de sus compañeras de partido, ellos tampoco cantan mal las rancheras y se niegan a ser marginados del proceso. En ese sentido, nadie más claro que el diputado Ricardo Villarreal -cuyo hermano Luis Alberto está por cierto casado con una gobernadora- quien resumió el sentir de la caballada masculina con esa declaración de que en el PAN “también hay muchos hombres que hemos gobernado, que tenemos también capacidad, experiencia, que tenemos muchos años en el partido”.
Como parece ser evidente, a una de las propias favoritas en el proceso, la alcaldesa Alejandra Gutiérrez, tampoco le anima mucho ir a un proceso en el que solo participen los panistas, por lo que resulta evidente que el malestar ante el anuncio es casi generalizado y garantiza un futuro agitado, ideal para el debate y para que los medios cumplamos con el elevado propósito de fomentar la discordia (es broma). Se va a poner bueno.
Expropiación petrolera
Me llena de sana nostalgia que el presidente Andrés Manuel López convoque a un mitin para celebrar en el Zócalo un aniversario más de la expropiación petrolera: hace 35 años hubo en la plaza del entonces DF no solo un mitin, sino dos, y me tocó ver cómo nacía el movimiento que al paso de los años lo llevó a la Presidencia de la República.
Como corresponsal de AM, estuve aquel día temprano en el Zócalo para el acto oficial. Desde el balcón de Palacio Nacional, evocando a Lázaro Cárdenas, el presidente Miguel de la Madrid dijo a la multitud reunida que su gobierno honraba “la voluntad política colectiva y el talento y valor personales” del expropiador, una frase de tintes suicidas porque para aquel entonces Cuauhtémoc Cárdenas ya había roto con el PRI y era el candidato del Frente Democático Nacional (FDN) para las elecciones de julio de aquel año.
Recuerdo que se trató de un acto desangelado y breve, aunque no debió de serlo tanto si me atengo al discurso de De la Madrid, que al día siguiente se publicó completo en un página de nuestro AM.
Pero lo bueno vino más tarde, cuando se llevó a cabo el acto del FDN, que no solamente concentró más gente, sino porque se trataba de una multitud entusiasta, convocada no por la corrupta dirigencia petrolera que sería descabezada y llevada a prisión 10 meses después, sino por un ideal de cambio que se profundizó de manera acelerada.
Señalaba la crónica que publicamos en AM: “Ante la mirada orgullosa de su madre, doña Amalia Solórzano viuda de Cárdenas, y de su hijo, Lázaro Jr, el ingeniero afirmó: ‘hoy vivimos la época de la mayor regresión revolucionaria, las condiciones del País, entendiendo tiempos y cambios, combinan las de la dictadura y las del maximato”.
Conservo fresca en la memoria mi sorpresa ante la magnitud del acto y la devoción que despertaba Cárdenas, que no hizo más que crecer y desembocar, con el respaldo de los inolvidables Manuel Clouthier y Rosario Ibarra de Piedra, en el terremoto electoral del miércoles 6 de julio de 1988 (que como evocamos los leoneses, tuvo en nuestra ciudad una de sus réplicas más vigorosas).
Una nueva amenaza
De la lectura del libro “La droga. La verdadera historia del narcotráfico en México”, de Benjamin T. Smith, que comentaba la semana antepasada, salgo más convencido todavía de lo inútil que ha resultado penalizar las sustancias. No digo que sean inocuas, mucho menos buenas, sino que su prohibición es contraproducente y distrae la atención de lo que pienso debiera ser el objetivo principal, atender a los adictos.
Esas interesantes historias de cómo la cocaína se vendía legalmente en frasquitos en las farmacias de la capital del País hace un siglo y era un buen negocio también para los plateros de la calle que es hoy Madero, quienes confeccionaban cucharitas para facilitar el consumo, o de cómo los taqueros se convirtieron en el canal de distribución por excelencia de la marihuana después de la Revolución, cuando la hierba tuvo un ‘boom’ de consumo, nos llevan a pensar de que estamos ante impulsos que no erradicaremos jamás.
Y mientras tanto, los peligros crecen. Un reportaje publicado por Axios esta semana revela que la nitazina, un opioide sintético ¡hasta 40 veces más potente que el fentanilo! está desquiciando la de por lo demás insuficiente respuesta del sistema de salud norteamericano a la crisis de las adicciones que ha provocado una tragedia nacional en aquel País.
El descubrimiento de esta nueva sustancia se produce, explica Axios, mientras “las autoridades policiales y de salud pública están lidiando con el aumento del uso de ‘tranq dope’, una mezcla de sedante animal y fentanilo que ha llamado la atención de la Casa Blanca y se ha encontrado en al menos 36 estados, además de Washington”.
Resulta que la mayoría de los hospitales y laboratorios no realizan pruebas de ninguna de estas sustancias, lo que provoca no solo que pasen desapercibidas, sino que complica la atención de quienes sufren sobredosis por su consumo, puesto que “las relacionadas con la nitazina podrían requerir hasta cuatro dosis de naloxona, el medicamento para revertir los opioides que generalmente viene en paquete de dos dosis”.
Como puede verse, se trata del cuento de nunca acabar.
¿Qué ver, qué leer?
Vicente Aboites es un hombre de fina sensibilidad, múltiples capacidades (ya nos ilustró hace poco sobre el tema) y cálido trato. Muchas de estas cualidades brillan en sus colaboraciones sabatinas de AM, un ejercicio de divulgación y análisis que enriquece a nuestro medio.
Por este conducto, acuso recibo (y agradezco mucho) de su libro “Bifurcaciones literarias y atractores caóticos”, un esmerado trabajo bilingüe de Ediciones La Rana, que incluye algunos textos publicados con anterioridad, uno incluso en nuestro diario, y otro que es inédito.
De su lectura, además de sorpresas y enseñanzas, se desprende la convicción de lo orgulloso que estaría su bisabuelo Manuel de haber decidido que su hijo Vicente saliera de La Ordeña, cerca de Salamanca, “para que tuviera otros horizontes” y que su hijo Gilberto y nuestro amigo Vicente los ampliaran todavía más, como relata el doctor Bernard Klaus Johannsen en el prólogo del texto
Un abrazo al amigo, y una felicitación, que va también para los lectores que disfrutarán de este libro.
MCMH