“Vine por él cuando tenía 12 años y ahora me lo llevo como no quisiera”, expresó con tristeza el papá de José Melesio Gutiérrez asesinado en el Estado de Zacatecas cuando vacacionaba con su novia, la hermana de esta y una prima igualmente exterminadas. El padre de Melesio se había ido a trabajar a Estados Unidos y cuando se estableció, vino por él y se lo llevó a una tierra donde tendría mejores oportunidades. Ahí, el joven se graduó de arquitecto y obtuvo su residencia. Conoció a Daniela su novia en una visita a León, Guanajuato, de donde él es originario. Tenían planes de boda y tristemente terminaron en fosas.  
Inimaginable el dolor del padre que tras una vida de sacrificios y esfuerzo logró que su hijo tenga una carrera profesional. Del orgullo de verlo graduado a la fatalidad de ver su cuerpo en un ataúd con todos los sueños truncados. Y así el de muchos padres y madres que no saben ni entienden el porqué de un destino tan cruel para hijos/as que han llevado una vida de perseverancia y trabajo sin involucrarse en actividades de delincuencia.  
Los familiares de las víctimas, aún con el sufrimiento de la muerte del ser querido, se sienten agradecidos de tener los cuerpos y de poder darles sepultura teniendo un lugar donde llorarles. Miles de madres buscadoras continúan con la esperanza de hallar a sus desaparecidos y poder hacer lo mismo. Esta situación se está normalizando día con día en nuestro país y el temor a padecer una circunstancia parecida se extiende cada vez más.       
El pasado domingo 22 de enero, el columnista de este periódico, Marcelino Trejo, recomendó el filme “Ruido” que se transmite en Netflix. En esta película se expone la problemática de las desapariciones y del sufrimiento de las madres buscadoras que no saben qué pasó con sus hijos y no encuentran respuesta con las autoridades. 
El filme como bien dice el autor de la columna, logra empatizar con el auditorio. Quizás fue ese el motivo por el cual me encontré más sensible a la noticia de la desaparición del joven Melesio y las tres chicas.  
Según la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas (CEB) en sus registros de 2021 y hasta mayo del 2022 se habían hallado 91 fosas clandestinas en Guanajuato. 
El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNB), en Guanajuato, hay 2 mil 740 personas desaparecidas y no localizadas. Son cerca de 17 colectivos de buscadoras de desaparecidos los que se encuentran en este estado. 
Ante la preocupante situación de inseguridad que permea en Guanajuato y los estados vecinos, los peregrinos del Santuario de San Juan de los Lagos piden protección a la Virgen así como los visitantes de Cristo Rey en el Cubilete piden por la paz. 
Ante la impotencia y el temor, la fe en Dios une a estos grupos en una lucha por tener una comunidad mejor y en paz. 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *