POR ANDAR fingiendo austeridad en su viaje al Super Bowl, el contralor de la Ciudad de México, Juan José Serrano, ya se metió en una bronca más complicada que ganarle un partido a Patrick Mahomes.

SIN DUDA cualquier persona tiene el derecho a gastar sus ahorros e irse a ver el partido que desee, pero el funcionario capitalino se sacó de la manga que el boleto de más de 100 mil pesos… ¡se lo regalaron! Según su versión, fue “un primo” quien le hizo tan fabuloso obsequio para que presenciara el partido Eagles contra Chiefs, además de disfrutar del espectáculo de Rihanna.

LA COSA ESTÁ en que Serrano sabe perfectamente que ningún funcionario público puede recibir regalos de precio tan elevado, así sean de su santa madrecita. Es un simple asunto de probidad: si el contralor aceptó boletos regalados para el Super Bowl, ¿qué está dispuesto a dar a cambio? Porque, además, al viajecito hay que agregarle el boleto de avión, el hospedaje, las comidas y los infaltables souvenirs para él y su prometida, a la que invitó.

FALTA VER si Claudia Sheinbaum taclea las extrañas andanzas del contralor. Ni modo de pensar que la honestidad en su gobierno es una jugada de engaño.

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ANTE la posibilidad de que la 4T quiera hacer una chicanada con la promulgación del Plan B de la reforma electoral, algunos expertos legales consideran que se trata de un plan más ingenuo que malévolo.

SEGÚN ESTO, la idea de que el gobierno pospondría la publicación de la reforma, con tal de cerrar la ventana a impugnaciones, nomás no cuadra. Cosa de recordar, dicen, que el plazo de 90 días previos al inicio del proceso electoral -cuando ya no se puede modificar el marco legal-, es precisamente para que la Suprema Corte haga su trabajo. Es decir, tendría ese lapso para revisar la constitucionalidad de la reforma y, en dado caso, evitar que se aplique en el proceso electoral de 2024. Claro, falta ver que las y los ministros decidan marcarle el alto a la regresiva reforma.

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HOY QUE es el Día del Amor, el gobierno mexicano le entregará al de Estados Unidos no un ramo de rosas, sino un decreto genéticamente modificado para tratar de taparle el ojo al macho en el tema del maíz transgénico. El decreto lo que busca es doblar las manos a los reclamos norteamericanos… sin que parezca que está doblando las manos.

COSA DE VER que el documento publicado anoche en el Diario Oficial de la Federación afloja el rechazo gubernamental a la llegada de maíz transgénico. La orden presidencial deja abierta la puerta para su uso como alimento de animales y para uso industrial, pero lo prohíbe para producción… ¡de tortillas!

CON ESTO, los audaces negociadores de Raquel Buenrostro, la titular de Economía, buscan convencer a sus pares estadounidenses de que no lleven el asunto a un panel de controversias del T-MEC. Sin embargo, está por verse si el decretito de anoche satisface a Washington, que había pedido evidencias científicas de la prohibición y lo único que recibió fue un rollo muy al estilo mañanero.

 

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