Nuestra Águila Azteca luce ahora un tanto desplumada, pues el hecho de que hoy cuelga sobre el pecho de un tirano magnicida, de un OPRESOR, de un sádico verdugo de las libertades del pueblo cubano, resulta toda una vergüenza.

No nos sorprendería si un amigo de la infancia del niño Andrés Manuel revelara que al ver la película “El Santo contra las Momias”, Obradorito le iba a las momias.

Eso nomás para ser “diferente” de todos los demás niños.

Ahora ya de adulto (mayor), se alinea -por ser diferente- con los equivalentes modernos de las momias: con los dictadores comunistas de América Latrina, Díaz-Canel, Ortega, Maduro, etcétera.

Pero no sólo premia al dictador cubano, dejado por los Hnos. Castro para seguir oprimiendo al pueblo cubano, esto con la máxima condecoración del Gobierno mexicano a un extranjero, una normalmente reservada para gente de bien, que ha aportado grandes cosas a la sociedad mexicana, que ha destacado en el campo de la ciencia o la enseñanza, sino que aprovecha la ocasión -una vez más- para unirse en coro para despotricar contra Estados Unidos.

Al menos política y diplomáticamente el Presidente López se alinea así sólidamente con la runfla de la América Latrina, no con gente valiosa, gran Presidente y hombre de bien ejemplar representante de la izquierda atinada como Pepe Mujica, sino con los DÉSPOTAS, con los que encarcelan disidentes, con los que torturan y asesinan.

Muestra así el señor López su “verdadero yo”, el tiranito que trae dentro, el socialista desatinado que quiere ser.

Muy transparente nos parece es la jugada que se traen Díaz-Canel y López: encontrar pretextos para que México envíe recursos a la quebradísima Cuba, sosteniendo así su despótico régimen que ha aplastado todas las libertades del pueblo cubano.

Los tiranos mencionados, con la ayuda del aspirante a serlo nuestro, forman así una especie de Club de Espantapájaros quesque para enfrentar la hegemonía e injerencia norteamericana en la región.

Lo peor es que todos los caprichos políticos personales de este nuestro señor López los realiza a nombre del pueblo mexicano, dizque en nuestra representación.

Ello siendo que el pueblo mexicano no comulga con la dictadura cubana, ni quiere vivir como los cubanos, quienes viven tan fregados que tienen que soportar el racionamiento hasta del papel higiénico.

Este “cubanismo” que despliega López es una fantasía personal, un devaneo de su muy peculiar imaginación, una que no comparte el pueblo mexicano.

La represión brutal que ha realizado en Cuba el condecorado huésped que recibió en Campeche el señor López ha sido condenada por el mundo entero, o por lo menos por sus países más avanzados.

Resulta un demérito para nuestra diplomacia que México se desviva por darle acogida a un gobernante tan censurable e impresentable en buena compañía.

Tanto que hasta el avión venezolano en el que vuela Díaz-Canel está colocado en la lista negra del Departamento del Tesoro norteamericano, específicamente la Oficina de Control de Activos Extranjeros.

Avión que ha estado involucrado en misiones inmencionables con países proscritos (por terroristas), como IRÁN, país con el que Maduro tiene tratos censurables.

Vuela pues MUY BAJO nuestro Presidente López, por más que él pretenda vestir estas pifias diplomáticas como gran muestra del “humanismo” mexicano.

Si hubiese tal cosa, den por seguro, estimados lectores, que no estaría de ninguna manera relacionado con la tiranía cubana, que en todos los términos conocidos por el ser humano moderno está total y completamente reñida con el “humanismo”, pues INHUMANA es.

Y de ello atestiguan los miles de PRESOS POLÍTICOS en esa isla encadenada, que son torturados y obligados a vivir en condiciones infrahumanas.

Ambos, López y Díaz-Canel vociferaron contra el “bloqueo” económico de Estados Unidos.

Primero que nada no es bloqueo, es una cuarentena de no negocios con naciones violatorias de los derechos humanos.

Lo que no dicen ni dijeron, ni López ni Díaz, es que siempre ha estado en manos de los Castro y su hijo putativo Díaz-Canel levantar ese bloqueo.

Todo lo que requieren hacer es realizar ELECCIONES LIBRES en Cuba.

Algo que rehúsan hacer y siempre han rehusado aceptar.

¿Por qué?

Porque bien saben que si hubiese elecciones libres, el pueblo cubano los pondría de patitas en la calle a la primera de cambios.

¡Están iguales!

Ni López ni Díaz quieren dejar el poder y para conseguirlo están dispuestos a cualquier cosa, claro, todo con el pretexto de “defender al pueblo”, que en los hechos es lo que menos les importa.

 

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