“Estoy muy contento”. Comentó el abogado De Castro, defensor de Genaro García Luna en la Corte Federal de Brooklyn al terminar su alegato final en el Juicio. Su asistente solo asintió moviendo su cabeza (expresiones tomadas del reportaje de Elías Camhaji para el periódico El País 15/02/2023).
Lo que se había anunciado como un juicio largo con audiencias durante ocho semanas, equivalente a dos meses, se redujo abruptamente el lunes 13 de febrero al término de la penúltima audiencia de desahogo de pruebas, precisamente al acabar las correspondientes a la Fiscalía, con la declaración de Jesús Zambada alias “El Rey”, uno de los testimonios más importantes, eficientes y reveladores por parte de la Fiscalía aparte de otros.
Al considerar que ya contaba con las suficientes pruebas determinantes, sobre todo con las últimas testimoniales en donde se precisaron las circunstancias de tiempo, modo, lugar y ocasión en que le fueron entregadas diversas cantidades en efectivo en dólares, no solo “de oídas”, sino directamente y en forma personal, lo que estimó la Fiscalía quedó bien grabado en la memoria de los miembros del Jurado y, a efecto de evitar distracciones y olvido, renunciaron a la presentación de otras veintiséis testimoniales.
Acto seguido la defensa del inculpado, a través del titular abogado César De Castro también redujo su cúmulo probatorio a solamente la testimonial a cargo de la señora Cristina Pereyra, esposa del exsecretario García Luna; además de que expresamente, negó la declaración del propio inculpado en auto defensa, lo cual fue sorprendente porque para muchos la consideración de que la mejor defensa podía estar a cargo del propio inculpado, pero no fue así; quizá debido a la circunstancia que desglosó la Fiscal Saritha Komatireddy al señalar que el acusado padecía problemas del habla por eso le apodaban “Metralleta” o “Tartamudo”.
Bajo estas premisas, se cerró el periodo de pruebas y finalmente pasaron al último alegato en el juicio por cada una de las partes, iniciando por la Fiscalía.
Las partes fundamentales en que la defensa basó sus argumentos, para mayor comprensión de los amables lectores, fueron el descalificar los testimonios aportados por la Fiscalía, algunos porque en su criterio fueron “de oídas”, y por lo que hace a los que fueron testimonios directos, argumentaron que carecían de credibilidad por provenir de delincuentes a quienes precisamente García Luna había perseguido y que podrían haberlo hecho por un afán de venganza.
Además de que insistían en que no hubo pruebas físicas contra García Luna, de tal manera que De Castro repetía y repetía: “no hay videos, no hay fotografías, no hay grabaciones, no hay correos. ¿Dónde están las evidencias?”. En tanto que la fiscal Saritha hizo énfasis en los testimonios de Sergio Villareal “El Grande”, Oscar Nava Valencia “El Lobo”, Jesús “El Rey” Zambada, Edgar Veytia “El Diablo”, Héctor Villareal ex funcionario de Coahuila, Harold Poveda “El Conejo”, Tirso Molina “El Futbolista” (detenido en León, Gto.), destacando que precisamente son los que pueden señalar a los corruptos que los ayudaron.
Ahora bien, respecto de la declaración de la señora Pereyra en donde el defensor De Castro explicó a los miembros del Jurado que habría justificado y detallado cada uno de los ingresos de su esposo y de la adquisición de sus propiedades; no obstante, ante el derecho de réplica que tuvo la Fiscalía después del alegato del defensor, hizo uso de la voz Erin Reid, la Fiscal adjunta más experimentada complementando el discurso de Saritha Komatireddy, respondiendo a la defensa sobre su única testigo, asegurando a los miembros del Jurado que esa declaración fue “una clase magistral de cómo los políticos esconden su patrimonio”.
Los observadores en el juicio pudieron captar los movimientos de cabeza, guiños, gestos, movimientos de manos, y todo tipo de expresiones corporales entre las partes durante su alegato y algunos miembros del jurado.
Resulta pertinente advertir que a diferencia de nuestro sistema acusatorio de oralidad penal, en Estados Unidos existe e interviene un Jurado integrado por doce ciudadanos previamente seleccionados, para este caso, entre 400 propuestos; y ellos son quienes dictarán su sentencia de Culpabilidad o de No culpabilidad (inocencia) y la participación del Juez Brian Cogan, será la aplicación, en su caso, de la pena o sanción correspondiente, así como la de dirigir y encauzar el proceso conforme a la normatividad establecida.
Por ello tanto la Fiscalía como la Defensa van enfocados a convencer a los jurados sobre su posición, en tanto que en México a quien se dirigen y tratan de convencer es al propio juzgador, quien dicta tanto la resolución de culpable o inocente y aplica también la pena respectiva.
Desde ayer y durante el día de hoy se encuentran deliberando sobre su decisión, la cual deberá ser, en caso de condena, por unanimidad. Hasta hoy viernes 17 de febrero en que escribo estas líneas aún no ha habido resolución. Para quien esto escribe la moneda está en el aire. Mi pronóstico: será declarado culpable.
García Luna y su sentencia
Las partes fundamentales en que la defensa basó sus argumentos, fueron el descalificar los testimonios aportados por la Fiscalía, algunos porque en su criterio fueron ‘de oídas’