Durante unas semanas me resistí a escribir y publicar en este espacio acerca del plagio del contenido de la tesis que presentó para titularse como Licenciada en Derecho, la ahora Ministra Yasmín Esquivel Mossa, porque estaba en efervescencia la opinión pública sobre el tema aperturado por la denuncia del investigador Guillermo Sheridan, y además porque era poner el dedo en la llaga de mi querida institución educativa, la UNAM, mi Alma Mater, donde se gestó ese vergonzoso episodio, la cual estuvo en el ojo del huracán, recibiendo sus autoridades denuestos y calificativos muy acres para el propio Rector Graue quien ni con sus “conferencias” de prensa atemperó la sensación de su falta de… “voluntad” para proceder a la anulación de la tesis plagiada por la mencionada persona, al examen profesional y al título expedido por la máxima casa de estudios.
Ahora resulta que además de la persistente negativa de la Sra. Esquivel, quien solo realiza comunicados a través de su representante legal, interpuso un juicio de amparo, donde le fue concedida la suspensión para que no se dicte una resolución por parte de la UNAM, respecto del plagio de la tesis, hasta en tanto se resuelva el fondo del juicio de amparo, para tomar tiempo y retrasar lo inevitable: la anulación de su título de Licenciatura.
No obstante lo anterior, en el paroxismo de ambas partes, por un lado la euforia optimista de la Sra. Yasmín Esquivel y su abogado; y, por otro el pesimismo de las autoridades universitarias y de la comunidad académica, estudiantil y de egresados de la UNAM, al retardarse la justicia en el caso, surge la noticia por parte del equipo de investigación periodística de “El País”, el diario español, de que la misma aún ministra de la Corte Suprema de México también plagió su tesis con la cual obtuvo su título y grado de “Doctora en Derecho”.
Los amables lectores seguramente reaccionaron como su servidor, con gran interés en conocer más de este nuevo caso de plagio por la misma persona ya descubierta por una falta de probidad igual.
Al leer las notas abundantes en información de “El País” (“Los ejemplos más evidentes del plagio de la Ministra Yasmín Esquivel en su tesis de doctorado”. Zedryk Raziel y Beatriz Guillén. 25/02/23. Y “La Universidad Complutense se desmarca del título de doctorado de Esquivel”. Elisa Silió, Beatriz Guillén y Zedryk Raziel. 2/03/23) de plano venció mi resistencia a tratar el tema y por ello, hoy lo abordo.
De acuerdo a la información recabada por “El País” y otros medios, ya había trascendido que la Universidad Anáhuac había sido muy complaciente con la entonces funcionaria del Tribunal Agrario, Yasmín Esquivel (¿unos escriben con “ese” y otros con “zeta” su nombre, será plagiado?); al inscribirse al curso para obtener el grado de Doctorado, la entonces alumna aspirante no había acreditado el grado de Maestría, requisito previo en las demás universidades para obtener el doctorado, no sabemos si la Universidad Anáhuac sea más fácil y accesible que omite ese grado académico para sus alumnos de Doctorado.
La cuestión es que el grupo de investigadores encontraron que la tesis titulada “Los derechos fundamentales en el sistema jurídico mexicano y su defensa”, presentada en el año 2009 por Yasmín Esquivel, 209 páginas, casi la mitad de la tesis, corresponden textualmente a trabajos publicados previamente por doce autores, transcritos sin mayor recato, sin citas ni comillas, y obviamente sin otorgar créditos; lo más burdo y descarado fue atribuirse comentarios de los autores en sus obras que transcribió, inclusive de algunos ya fallecidos.
Ante esta reincidencia o acaso ya costumbre o modus operandi como expresan los criminólogos, al abogado de la autora de los plagios solo se le ocurrió decir que fueron “descuidos” de la autora y que solo fue un porcentaje (casi del 50 %) del total de la obra, por lo que no fue un plagio.
Lo vergonzoso y lamentable es que el prestigiado y destacado jurista y filósofo español Antonio Enrique Pérez Luño fue el más indignado por la ahora Ministra, pues hasta los títulos de cuatro capítulos de su obra copió a la letra; por ello los académicos de la Universidad Complutense de Madrid se deslindaron de los trámites y revisión de las autoridades de la Universidad Anáhuac, sobre todo del Dr. José Antonio Nuñez, director de la tesis y guía de Yasmín, a quien alcanza el descrédito, pues si él mismo estudió en la Universidad Complutense su doctorado, ¿cómo es posible que no conociera la obra del Dr. Pérez Luño, el más plagiado en esa tesis carente de rigor en su revisión y aprobación?
En fin, solo nos queda la sensación, emulando el humor irónico muy fino del colega maestro José Carlos Guerra, que si la Sra. Yasmín Esquivel hubiera obtenido también el grado de Maestría, probablemente tendríamos otra tesis plagiada. Qué pobreza intelectual y cultural se respira en la Corte de Justicia por ahora.
NOTA. Felicitación al Ing. Enrique Gómez Orozco por sus 750 artículos de “Perspectiva” que alcanzó el viernes 3 de marzo. Lo vamos a extrañar en estas páginas.
Plagios impúdicos
Ante esta reincidencia o acaso ya costumbre o modus operandi como expresan los criminólogos, al abogado de la autora de los plagios solo se le ocurrió decir que fueron “descuidos” de la autora y que solo fue un porcentaje (casi del 50 %) del total de la obra, por lo que no fue un plagio.