Conmoción
La trágica muerte de tres jóvenes en Romita, entregados por la Policía Municipal a criminales que los ejecutaron, de acuerdo con la versión que la Fiscalía General del Estado ha planteado en un juzgado, es una nueva, terrible muestra de la fragilidad de nuestra seguridad a causa de la delincuencia.
Del relato de los hechos, ocurridos a partir del domingo 19 de febrero y que han sido descritos por el propio fiscal Carlos Zamarripa y durante el proceso en Irapuato, surgen detalles insólitos.
El más significativo es que el sometimiento de las víctimas, detenidas después de un percance vial de menor importancia, e incluso su entrega a sujetos desconocidos que se las llevaron en una camioneta camino a la muerte, haya quedado registrado en cámaras de seguridad.
¿Qué tan impunes se suponían los policías de Romita, con el Director de Seguridad Pública municipal a la cabeza, para permitir que así ocurriera? ¿Alguien puede imaginar que se trató de un descuido? Es un punto muy oscuro del que seguramente se hablará en el proceso, que continúa mañana temprano, al reiniciarse la audiencia de vinculación de los agentes.
Otra elemento difícil de comprender es la versión de que uno de los jóvenes, que al parecer ya tenía problemas pendientes con el mando policiaco acusado, haya expresado para defenderse que pertenecía a la delincuencia organizada. No es el tipo de argumento que alguien expone cuando está en manos de la policía, a menos tal vez que se haya dado cuenta de que su situación era de máximo riesgo. Habrá que estar muy pendientes de lo que ocurra durante el proceso.
Por otra parte, el impacto de una noticia tan dramática desvió la atención del hecho de que durante febrero Guanajuato tuvo uno de los meses menos violentos en mucho tiempo. Cierto es que el mes tiene menos días y que cada vez resulta más complicado evaluar los registros de la inseguridad: para muestra, durante enero AM contó 299 víctimas de homicidio doloso y las autoridades registraron 249, una diferencia muy superior a la habitual.
Sin embargo, esto no es obstáculo para percibir señales muy positivas, como la reducción de la violencia en Irapuato, a la que Salamanca y Salvatierra desplazaron ya por el número de casos, o la consolidación de las cifras a la baja en los Apaseos, 10 homicidios dolosos este año en el Grande, cuatro en el Alto, muy lejos de la complicada situación que llegaron a padecer. Ojala sigan por ese camino.
Verónica Cruz
Ningún tema concreto divide más que el del aborto. Si acaso en Estados Unidos el del control de armas, preocupación que no compartimos en México, donde su proliferación está descontrolada desde hace mucho tiempo.
Por eso me parece digna de destacar la designación de Verónica Cruz, directora del centro Las Libres, como una de las 12 mujeres de 2023 por la revista Time, un reconocimiento a una activista que ha mantenido su lucha durante tantos años.
Su actividad trascendió a Guanajuato y en 2010 se conoció en el mundo entero, tras la denuncia de que en en nuestro estado había mujeres presas por abortar, incluso a pesar de que tribunales habían revocado sus sentencias.
El caso de las seis prisioneras (que acabaron siendo siete) atrajo la atención internacional y provocó que el gobernador Juan Manuel Oliva promoviera la reducción de las sentencias al modificar la causa de las mismas. Finalmente, las mujeres fueron liberadas el 7 de septiembre de aquel año.
Doce años después, la decisión de la Suprema Corte de Justicia norteamericana de revisar el histórico fallo que permitía el aborto en Estados Unidos, trajo como consecuencia que Cruz y Las Libres apoyaran a mujeres norteamericanas que vieron de pronto comprometido el ejercicio de lo que durante mucho tiempo consideraron un derecho adquirido.
La ministra brasileña de Igualdad Racial, Anielle Franco, fue la otra mujer latinoamericana designada por Time. El resto son la actriz australiana Cate Blanchett; la paquistaní Ayisha Siddiqa, activista sobre los efectos del cambio climático; la actriz estadounidense Angela Bassett; la boxeadora profesional somalí Ramla Ali; la cantautora estadounidense Phoebe Bridgers.
También, la activista ucraniana por los derechos de la comunidad LGBT Olena Shevchenko; la disidente iraní Masih Alinejad; la futbolista estadounidense Megan Rapinoe; la japonesa Makiko Ono, ejecutiva de la empresa Suntory, y la escritora estadounidense Quinta Brunson.
¿Qué ver, qué leer?
Voy hoy sobre otro tema, nada de recomendaciones, aunque tenga tanto que ver con la lectura.
En todas las redacciones se establecen acuerdos para escribir de determinada manera palabras o signos que se prestan a interpretaciones. Un caso evidente es si poner % o bien, por ciento.
Diarios como El País, con su Libro de estilo, definen con una precisión envidiable la mayor cantidad de términos posible. Menos detallado, en AM tenemos un Manual de Estilo que procuramos atender por respeto a nuestros lectores.
Viene esto al caso porque cuando en 2010, la Real Academia Española resolvió que ya no se acentuaran ni el adverbio solo ni los pronombres este, ese y aquel, acordamos reflejar la instrucción en nuestros textos.
Un amigo y compañero, que ya no está con nosotros y se dedica a la academia, se rebeló de plano y anunció que por respeto a la forma en que había escrito durante tantos años, no haría caso a la ‘real’ disposición. Hubo que razonar para que se alineara.
Y claro, me acordé con afecto de él luego de que el jueves la Academia pareció dar marcha atrás con la medida y el escritor Arturo Pérez Reverte, indigesto desde entonces con ella, lo celebró en su twitter.
Desde entonces se ha producido una aclaración de la RAE, sabrosas pullas que revelan las pugnas entre los académicos y el anuncio de que la sesión del próximo jueves, en que se discutirá el punto, será memorable. Será entretenido.
MCMH