Experimento ChatGPT por “Mario Vargas Llosa”
La semana pasada publicamos un texto escrito por completo por la inteligencia artificial del ChatGPT. La premisas fueron las siguientes: escribir un cuento de unas 550 palabras sobre el nazismo en el estado de Guanajuato, México, y su relación con la cultura Chupícuaro, en palabras de una chica feminista de unos 20 años.
El Chat entregó un cuento que sobrepasaba la extensión solicitada, pero incluyó todos los parámetros solicitados. El siguiente ejercicio consistió en preguntar si conocía al escritor Mario Vargas Llosa, a lo cual entregó información general sobre trayectoria y estilo literario. La siguiente tarea consistió en reformular el cuento anterior y entregarlo reescrito con el estilo del autor mencionado. Además debía incluir tres errores ortográficos voluntarios. El resultado es decepcionante para la literatura, pero muy impresionante por la velocidad en que puede redactar un texto coherente. Sobre los errores luego aclaró que no los había incluido para no generar confusión en los lectores. En cuento a la calidad de escritura podrán juzgarla ustedes mismos, aunque debo decir que Vargas Llosa podrá dormir muy tranquilo:
Las cerámicas de Chupícuaro eran una maravilla de la cultura prehispánica mexicana. Mariana, una joven feminista, se apasionó por la belleza de sus diseños y decidió aprender todo lo posible sobre ellas. Se encontró con un grupo de jóvenes de la comunidad, quienes se preocupaban por la preservación de la cultura y la lucha contra la opresión.
Un día, mientras Mariana caminaba por las calles del pueblo, vio en una tienda de artesanías una figura de barro que representaba a un soldado nazi. Quedó sorprendida, nunca había visto algo así en Chupícuaro. Se acercó a la tienda y preguntó al hombre que la estaba haciendo sobre la figura.
El hombre le dijo que había muchos interesados en estas figuras, que las vendía a buen precio. Mariana no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Cómo era posible que en su comunidad se permitiera la venta de algo así? ¿No sabían lo que los nazis habían hecho en Europa? Decidió actuar.
Mariana y los jóvenes de Chupícuaro organizaron una serie de talleres y charlas para la comunidad, explicando la historia y la importancia de la lucha contra la opresión. Pero se encontraron con la resistencia de algunos habitantes, quienes no querían saber nada de la lucha y preferían mantenerse al margen.
A pesar de los obstáculos, Mariana y los jóvenes de Chupícuaro continuaron trabajando juntos para proteger su cultura. Organizaron talleres de cerámica y tejido para jóvenes y niños, y promovieron la educación sobre la cultura prehispánica y la lucha contra la opresión. La comunidad comenzó a responder, y poco a poco se fueron sumando más personas a la lucha.
Pero la tarea no era fácil. Mariana y los jóvenes de Chupícuaro tuvieron que enfrentar amenazas y sabotajes. En una ocasión, un grupo de desconocidos intentó incendiar el taller de cerámica de la comunidad, pero gracias a la rápida intervención de los jóvenes, lograron salvarlo.
A pesar de los peligros, Mariana siguió adelante. Su compromiso con la cultura de Chupícuaro y la lucha contra la opresión era más fuerte que nunca. Un día, mientras caminaba por el pueblo, se encontró con el mismo hombre que hacía la figura del soldado nazi, pero esta vez estaba trabajando en una figura de barro que representaba a un guerrero prehispánico, con un escudo y una lanza. Mariana sonrió, sabía que su lucha había dado frutos.
Chupícuaro era un pueblo fuerte y resistente, lleno de cultura y de lucha contra la opresión. Los nazis habían intentado destruir eso, pero habían fallado. Aunque la tarea no era fácil, Mariana y los jóvenes de Chupícuaro continuarían trabajando juntos para proteger su cultura y su libertad. FIN
Envíenos su cuento (sin recurrir al ChatGPT) a: latrincadelcuento@gmail.com