Un axioma muy válido de la política mexicana es: “Los amigos del Presidente son de mentiras, pero los enemigos son de a deveras”. Bien haría el Presidente López en dejar de cocorear a los legisladores norteamericanos y llamar a Estados Unidos “candil de la calle, oscuridad de su casa” y otros “piropos” similares con el fin de no encamionarlo más contra su Gobierno.

Por el lado que se le quiera mirar resulta una PÉSIMA estrategia convertir en enemigo al país vecino. Las razones son, por lo pronto, DOS muy, muy poderosas: el MQ-9 “Reaper” y el Phoenix “Ghost”.

El primero es el dron más versátil que operan VARIAS agencias del Gobierno norteamericano, entre ellas la de Customs and Border Protection (Protección de Fronteras).

El “Ghost” es un NUEVO INVENTO estrenado en Ucrania con éxito tremendo contra las fuerzas rusas del invasor Vlad Putin, un dron del tipo que llaman “merodeador”, que puede quedarse en el aire hasta 6 horas y ser dirigido contra cualquier blanco, móvil o estático.

El citado ANT (Avión No Tripulado) lleva boleto de viaje sencillo: la carga explosiva es parte de la nave misma, es ésta pequeña y sumamente difícil de detectar antes de que cumpla su misión.

El más formidable dron, sin embargo, es el MQ-9 “Reaper” (segador, en español), del cual se sabe que la agencia Border Protection posee NUEVE de estas armas, que opera -entre otras áreas- desde bases muy cercanas a México. Entre ellas, Fort Huachuca, Arizona; Corpus Christi, Texas y Cabo Cañaveral, Florida.

Este dron puede servir de recolector de inteligencia, evidencia fotográfica, cámara infrarroja o también ser plataforma de lanzamiento para los temibles misiles AIM-9 “Sidewinder” y AGM-114 “Hellfire”.

El dron, cargado con misiles, posee una autonomía de DIECISÉIS HORAS (unos DOS mil kilómetros) y puede volar a más de 480 KPH y a una altura superior a los QUINCE KILÓMETROS sobre el nivel del mar.

Si el encamionamiento de los Congresistas y Senadores republicanos ante la inacción del Gobierno de la Cuarta Torturación se llegara a desbordar, estén ciertos que desde cualquier punto DENTRO de Estados Unidos pueden propinarles una lección a los CAPOS del narco mexicano.

Por ejemplo, destruyendo alguno de sus laboratorios de fentanilo, alguno de sus túneles o incluso un narcosubmarino o tractocamión con cargamento de droga, sólo con el fin de que pongan atención, ellos y el Gobierno que con tanta manga ancha los tolera -y en ocasiones hasta festeja-, en el sentido de que este tema va en serio: o el Gobierno mexicano hace algo efectivo por frenar el trasiego de esta mortal sustancia hacia Estados Unidos o pueden tomarse medidas muy drásticas por parte del vecino, sólo para demostrar que consentir y mimar a las organizaciones criminales que operan en México ya les “colmó el plato”.

Lo cual dejó claro el Fiscal General Merrick Garland, en respuesta al asesinato de dos norteamericanos en Matamoros a manos de sicarios del Cártel del Golfo, en una supuesta “confusión”. (¿Han notado, amigos, cómo en México siempre hay confusiones cuando matan gente? Comenzando con el Cardenal Posadas en el aeropuerto de Guadalajara, hace ya tres décadas).

Generalmente se considera que cuando se está metido en la cama con un elefante, NO ES UNA BUENA idea estarle picando las costillas al paquidermo porque basta con que éste se dé la vuelta para que el jodón quede aplastado. Y, sin embargo, el señor López se la pasa buleando y ninguneando a TODOS los que piensan u opinan DIFERENTE a lo que él predica o cree, o dice creer.

Nunca cabe en persona distinta al señor López una pizca de razón, alguna idea que merezca ser explorada; casi nunca muestra empatía genuina con las víctimas de la violencia, ni siquiera cuando son miembros de “su” Ejército ESPÍA.

No, lo que observamos es que sólo su manera de pensar es la correcta y todo el resto del mundo está equivocado.

(El miércoles salió con la hiperlactancia de que en la manifestación femenina habría desmanes -y por eso puso vallas alrededor del PALACIO Nacional, donde él vive- “porque la derecha siempre ha sido muy violenta”).

Si pusiéramos al lado de este señor a Pinocho le apodarían a éste “El Chato”.

Si al final salen raspados estos señores ya sabemos quién provocó lo que pudo evitarse de haber mostrado una pizca de recato, humildad y moderación.

 

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