TODO INDICA que la de mañana será la madre de todos los acarreos, pues los morenistas quieren llevar algo así como 400 mil personas al mitin de la veneración presidencial, perdón, de la expropiación petrolera. La idea es abarrotar el Zócalo capitalino y sus alrededores. Se trata, claro, del mismo Zócalo al que según Martí Batres le caben sólo 90 mil defensores del INE o 90 mil mujeres exigiendo sus derechos, pero que se desdobla hasta 200 mil lugares cuando se trata de apoyar a la 4T. Cosas del multiverso obradorista.
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UNA DUDA: ahora que el Presidente vetó los nombramientos en el INAI, ¿significa que ahora sí en la 4T los cargos los van a ocupar quienes tengan calificaciones más altas y los perfiles más adecuados? La pregunta no es ociosa, pues ya se sabe que a este gobierno, a la hora de nombrar funcionarios, le importa más la obediencia que la experiencia. No en balde tiene a un agrónomo en Pemex, por ejemplo.
PORQUE si no es así, significaría que la objeción en contra de Ana Yadira Alarcón Márquez y Rafael Luna Alviso no tiene nada que ver con su perfil, sino con la obsesión presidencial por demoler un organismo autónomo como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales. El nombramiento de los dos rechazados le tomó al Senado solamente ¡un año! Y la falta de integrantes de su pleno está a punto de llevar a la parálisis al INAI, cosa que seguramente le encantaría al Presidente.
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DURANTE su presidencia en la Suprema Corte, cuentan que Arturo Zaldívar tenía un operador (de alguna manera hay que llamarle) para presionar a jueces y magistrados cuando necesitaba algún fallo a modo. Se trataba de Carlos Alpízar, quien por obvias razones fue despedido de inmediato por la nueva ministra presidenta, Norma Piña. ¿Y qué creen? Que Adán Augusto López lo acaba de rescatar del desempleo. Ya se verá cómo utilizan sus “habilidades” en Gobernación.
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¡POBRECITO de Ignacio Ovalle! El extitular de Segalmex es un incomprendido. Todo el mundo pensaba que al ser el funcionario a cargo del organismo, alguna responsabilidad tendría en la gran estafa de unos 10 mil millones de pesos que se dio durante este gobierno. Pero no, ya dijo AMLO que Ovalle es “buena persona” y que, en realidad, ¡fue engañado!, por sus colaboradores.
A LO MEJOR tiene razón el Presidente, pues Ignacio Ovalle es un novato en cuestiones políticas, ya que nada más tiene 55 años en el servicio público, fue secretario particular de Luis Echeverría, colaborador cercanísimo de Carlos Salinas de Gortari y hasta embajador en Cuba. Es un alma pura, por eso se lo chamaquearon.