Irapuato, Guanajuato.- Vivimos, como dice Tania Tinajero en su nueva novela Un acto de amor, “en un país donde las mujeres desaparecen como conejos en el sombrero de un mago y la policía parece el público del espectáculo”. De no ser por la presión mediática por parte de familiares de las víctimas, de colectivos de búsqueda y hasta de gremios empresariales ¿podríamos esperar resultado alguno por parte de la fiscalía estatal en torno a las recientes desapariciones de mujeres en Celaya o del secuestro de Jair Martínez en Irapuato?
En este último caso, los familiares denuncian que entregaron la ubicación de su teléfono ocho horas después del secuestro. 30 horas después se le halló de muerto en ese lugar, no gracias a las indicaciones de los familiares sino como resultado de la persecución a sus captores. Si se hubiera aplicado algún criterio de celeridad por parte de las autoridades de seguridad y procuración de justicia, ¿podrían haberlo encontrado vivo?
La autoridad no sólo llega tarde, también de malas: piden la colaboración de la ciudadanía, pero les molesta la exigencia de que hagan bien su trabajo. Presumen certificaciones, presupuestos y capacidades que no se reflejan en los resultados, pero sí en la parafernalia de sus intervenciones públicas.
Ayer, una espectacular pantalla sobre la que flotaban los logos de la FGEG y la Secretaría de Seguridad, sirvió de telón de fondo a la rueda de prensa convocada por el fiscal Carlos Zamarripa para apaciguar el clamor de los medios. A contraluz de ese resplandor iridiscente y vacuo de la luz led es casi imposible ver el rostro del hombre que ocupa desde hace doce años ese puesto; lo escuchamos leer su comunicado y responder preguntas inaudibles de la prensa, pero esa misma ambientación imposibilita captar rasgo alguno de humanidad o empatía. El espectáculo, que puede verse en la página de Facebook de la Fiscalía, dura poco más de doce minutos y es una muestra más de la incomodidad que siente el funcionario al verse cuestionado. La luz de los reflectores sólo le dan lleno cuando se presenta ante el congreso del estado, donde recibe aplausos y alabanzas. Donde cualquier cuestionamiento de oposición es atajado por una bancada panista bien alineada. Y le quedan seis años en el puesto…
Faltan menos de noventa días para las elecciones por la gubernatura del Estado de México, todo parece indicar que Morena desbancará al PRI. Con una oposición dispersa que dispone de muy magros candidatos, el 2024 no sólo augura la continuación del nuevo partidazo en el Palacio Nacional, sino también un fortalecimiento que le permitirá concentrarse en deshacer bastiones de oposición. No sé bajo qué argumentos podría el PAN asegurar que cumplió con Guanajuato en este sexenio y que hará algo diferente a lo hecho hasta ahora. Me inclino más a pensar que seguirá como espectador viendo cómo el mago desaparece al conejo en su chistera.