“El discurso pendenciero de Donald Trump obedece a una fría y calculada estrategia política”.

Andrés Manuel López Orador, 12.2.2017

¿Dónde quedó el Andrés Manuel López Obrador que denunció a Donald Trump por “el odio promovido por la propaganda en contra de los migrantes”? ¿Dónde se escondió el autor de los textos del libro Oye, Trump? ¿Dónde está el político mexicano que declaró que “Trump miente al decir que la culpa de que los trabajadores y las clases medias de Estados Unidos no cuenten con empleos, buenos salarios y bienestar la tienen los migrantes y las inequitativas relaciones comerciales con México”? ¿Dónde está el que afirmó que “el empeño de estigmatizar a los mexicanos en una forma semejante a como Hitler estigmatizó a los judíos es legal, moral y políticamente inadmisible”?

Ya como presidente López Obrador cambió de opinión. En repetidas ocasiones ha expresado su afecto y apoyo al expresidente estadounidense. Ante la posibilidad de que se le gire a Trump una orden de aprehensión, comentó: “No nos estamos chupando el dedo, es para que no aparezca en la boleta electoral. No se permite que el pueblo decida”. 

No es la primera vez que AMLO expresa puntos de vista favorables a Trump, incluso cuando este ofrece comentarios de menosprecio a México o a su gobierno. Cuando ya como expresidente Trump presumió que había “doblado” al gobierno de AMLO, al amenazarlo con imponer aranceles a las exportaciones mexicanas si nuestro país no usaba las fuerzas armadas para detener el flujo de migrantes a Estados Unidos, López Obrador minimizó la declaración: “No, no, él es así, y hay que ver las circunstancias, no voy a polemizar sobre eso. Porque también los conservadores de nuestro país, internacionalistas, exageran”. 

Cuando AMLO visitó a Trump en la Casa Blanca en julio de 2020 le expresó: “Usted no nos ha tratado como colonia. Al contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente. Por eso estoy aquí, para expresar al pueblo de Estados Unidos que su presidente se ha comportado hacia nosotros con gentileza y respeto”. Era un espaldarazo. 

Si bien López Obrador expresó en 2017 que “la campaña de fobia contra migrantes y mexicanos le funcionó a Donald Trump para ganar la presidencia, pero no le servirá. para mantenerse con popularidad en el gobierno y lograr la reelección”, en la campaña de 2020 se inclinó por Trump e incluso se negó a felicitar al ganador, el demócrata Joe Biden, sino hasta el último momento, con lo cual expresaba su apoyo a las afirmaciones de Trump de que había perdido por un fraude electoral. 

Trump ha sabido ser agradecido. Después de dejar la presidencia expresó: “Quiero agradecer al gran presidente de México. Él es un gran caballero, un amigo mío”. En varias ocasiones los dos se han declarado su amistad y admiración. En 2022 Trump afirmó que López Obrador es “un socialista, pero está bien”, mientras que López Obrador respondió que Trump “es capitalista y no es perfecto, pero es buena persona y lo respeto”. 

No me parece que López Obrador sea realmente un socialista, ni que Trump, quien buscó cerrar la economía de Estados Unidos al libre comercio y a la inmigración, sea un capitalista o siquiera una buena persona. Los dos, sin embargo, son populistas: están convencidos de que representan al pueblo en una lucha contra la élite o la mafia de poder; desprecian a la prensa libre y exigen obediencia absoluta; afirman que solo pueden perder una elección si hay un fraude. Sus coincidencias son mucho mayores que sus diferencias. No sorprende que se hayan hecho amigos. 

Bodrio

Mientras defiende a Trump, AMLO ataca al gobierno de Biden. El “departamentito de Estado” utiliza la calumnia, afirmó ayer al hablar sobre el informe que señala ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, tortura y acoso a los medios de comunicación en México. Este “departamentito” interviene en la vida interna de otros países y promueve el conservadurismo, dijo. 

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