Dios quiera y no saque la “katana” el Presidente López y se le lance con ansias de samurái al Embajador de JAPÓN en México, Noriteru Fukushima, por decir que a México le falta dar CERTEZA a las inversiones. Esto justo cuando trae pleito casado con el Gobierno norteamericano, particularmente su Departamento de Estado, intercambiando dardos verbales con el Secretario Antony Blinken.

Ahora por la ocupación por la Marina de la terminal Punta Venado, concesionada a la norteamericana Vulcan Materials, hecho contra el cual se pronunció Mr. Blinken en el sentido de que es una mala señal para la inversión en México.

La historia muestra que NUNCA es bueno pelear en varios frentes SIMULTÁNEOS: o se pelea nuestro señor López con los norteamericanos o con los japoneses o con don Claudio X, a quien acusa de estar detrás de los Guacamaya Leaks (algo risible y absurdo), ¡pero no con los TRES al mismo tiempo!

Ahora que ya no sabe uno qué sería mejor: que le cayera a Mr. López un rayo de prudencia y serenidad para calmar su ira, o dejarlo que se atasque en el fango resbaloso de un incidente internacional (o dos). Ello porque quizá con eso se ocupa un rato batiéndose contra los molinos de viento y deja a los mexicanos en paz.

Especulamos un poco, pero se antoja que pudiera haberle causado un mayor escozor el hecho de que dentro de los Guacamaya Leaks vienen unos correos electrónicos en los que el residente de Palacio Nacional solicita masajistas al Ejército. Supuestamente, en cuando menos OCHENTA ocasiones. ¿Qué así de grave está que requiere sobadas constantes? Si de eso se trata, ahí está su empleado Zoé Robledo, director del IMSS, que ahora en lugar de medicinas le receta al pueblo chochos y todo tipo de “medicina alternativa” por medio de curanderos, sobadores y hierbólogos.

Pero, volviendo al tema, pudiera ser que un dato tan personal le haya causado un mayor grado de encono al señor del Palacio y por ello arremetió ayer contra “agencias extranjeras” controladas por “conservadores”, sospechando de Claudio X. González por el hackeo al Ejército. O pudiera haber sido el conjunto de correos y mensajes que pintan un panorama nada halagador en referencia a la SEDENA y a su relación con el Ejecutivo. O bien que el señor López ya SEPA que VIENEN más “hackeos” a otras instituciones con información reveladora que deja a los de la 4T mal parados.

Después de todo, si los “Guacamayos” pudieron hackear al Ejército, por supuesto que pueden intervenir a otras dependencias, incluso hasta a la Presidencia misma. De manera que este arrebato contra “agencias extranjeras” que controla -según él, delirando- Claudio X. puede considerarse la aplicación de una “vacuna” a la opinión pública por lo que pueda venir.

Así suele operar este señor, que probablemente es autor de recados, órdenes o mensajes que preferiría que no se supieran nunca. Mas en esta era de las compucomunicaciones todo se sabe, de manera que culpar a los “conservadores” (¿y estos señores quiénes son?, ¿los que enlatan conservas?) es su muy “genial” manera de adelantarse a minimizar -y poner en duda- lo que se ha revelado o lo que puede revelarse en el futuro.

En alguna ocasión escuchamos (en persona) al Presidente norteamericano Bill Clinton afirmar que la única forma de estar “seguros” es no teniendo enemigos: entre menos pleitos se cargue uno, mejor le va. Seguros estamos que este memo no le llegó nunca al señor López, a quien le encanta picar crestas, vía agresiones verbales o calumnias.

No lo piensa dos veces, por ejemplo, en llamar “mentirosos” a los vecinos al norte del Bravo o afirmar sin pruebas que los jueces mexicanos son ladrones. Si este señor no se está peleando con alguien como que siente que está desperdiciando su tiempo, cuando el verdadero desperdicio de tiempo es NO SOLUCIONAR los graves problemas que enfrenta México y andar metido en grillas y politiquerías.

Cabe recordarle a López que no se le eligió para pelear: se le eligió para GOBERNAR, pero con tino e inteligencia y en bien de México.

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