¡Saludos con la intención de que motiven a leer! Las vacaciones pueden proporcionar momentos para la lectura, principalmente en la familia. Leamos: 
 

OCHOBRAZOS, EL PULPITO: “Ochobrazos, el pulpito, se aburre en su gruta del fondo del mar. Nunca nadie viene a visitarlo. Un día, al escuchar a una nutria romper un caracol golpeándolo con una piedra, se le ocurre una idea brillante, se lanza a la búsqueda de ocho caracoles vacíos, uno para cada tentáculo, y comienza a agitarse y a bailar al ritmo de las olas. Sí, han adivinado: ¡Ochobrazos está bailando zapateo americano! A partir de esta tarde memorable, Ochobrazos se ha vuelto profesor de danza… Y los alumnos no se pierden ni una clase. Todos los días hay fiesta en el fondo del mar”.
 

UN ÁNGEL PEREZOSO: “Cupido y Enamoradiza son ángeles. Mientras vuelan en el cielo azul: Discuten—¡Estoy harto! —declara Cupido. —¿De qué? —pregunta Enamoradiza. -Del verano. -¡Pero por qué? ¡Me encanta el verano! La gente no anda apurada, está de vacaciones… Todos parecen más alegres, más sonrientes, de hecho así se enamoran más fácilmente cuando les tiramos nuestras flechas. ¡A mí me gusta mucho el verano! -explica Enamoradiza. -Te voy a decir por qué no me gusta —rezonga Cupido—en verano, el cielo está todo azul y no hay ninguna  sola nube donde podamos descansar. Nos vemos entonces obligados  a estar batiendo las alas todo el tiempo, ¡y eso me cansa!, ¡Qué llegue pronto el otoño!”. 
 

¡HÁBILES, LOS MOSQUITOS!: “Los cazadores quieren entrar a la selva para atrapar a los animales. —Déjenlo en nuestras manos, nosotros los detendremos. -Declaran los mosquitos. -¡Abran paso, pequeños! ¡vamos a aplastar a esos cazadores! —gritan los elefantes-. Los elefantes se abalanzan. Los cazadores los amenazan con sus escopetas, los enormes animales dan rápidamente la media vuelta. -¡Abran paso, pequeños!—rugen los tigres—. ¡Vamos a devorar a esos cazadores! Los tigres atacan a los invasores, los cazadores , tienden su red y capturan a los pobres felinos. -¡Ahora es nuestro turno! —zumban los pequeños insectos. Los mosquitos vuelan a toda velocidad, esquivan las flechas pasan a través de las redes. Pican una y otra vez a estos inoportunos invasores. Los cazadores quedan llenos de picaduras, no paran de rascarse y juran no volver nunca más a la selva”. 

Nos leeremos en la próxima. El Pilón Filosófico: “La comunicación se logra cuando aprendemos a decir bien y a decirlo con claridad”.
Editorial: El Ateneo. Precio:$139. Capturista: Mónica Caballero.
 

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