Es bien sabido que para escribir una novela se requieren tres cosas: la pasión, la obsesión y un poco de locura. Con este trío de ingredientes, Claudia Marcucetti Pascoli escribió su más reciente novela: Fuego que no muere. Gracias a la autora, después de muerta Tina Modotti resurge de sus cenizas, convirtiéndose en protagonista de la obra que contiene 475 páginas.
“En el lejano 1942, ella reposaba con un seno descubierto bajo la sábana blanca cuando, cámara en manos, me le acerqué. Al observar sus ojos y las arrugas de su frente, me pareció una mujer que había fruncido el ceño más que sonreído y me prometí retratarla en toda la hermosura de su sufrimiento”. El que habla es Armando, el fotógrafo e hijo del forense. A partir de ese momento se inicia la trama de la novela que busca la verdad tras la muerte de la fotógrafa y lideresa comunista Tina Modotti. Este monumental trabajo de investigación, con licencias literarias de ficcionalización, es una especie de complemento a la novela: Tinísima, de Elena Poniatowska, publicada en 1992, la cual termina con la muerte de la emblemática Tina Modotti. Y justo a partir de ese fallecimiento es que parte la obra de Marcucetti, quien no se propuso escribir una biografía más de Tina, sino que emprendió una misión titánica: descubrir lo que hubo detrás de esa muerte aparentemente natural.
Fuego que no muere narra el devenir de Tina Modotti, quien de migrante italiana se convierte en actriz de cinema mudo, luego en fotógrafa y posteriormente en activista del comunismo internacional. La novela profundiza la relación amorosa y política que tuvo con su último compañero: Vittorio Vidali, hombre que fue acusado de matarla.
“La vida de Tina se ha querido hacer película, desde Madonna y mil gentes, sobre esto, hay un cuento que se llama ‘La película imposible’; el director contactó a Elena Poniatowska, autora de ‘Tinísima’. Es así como después del rechazo, da conmigo para escribir el guion de la cinta, que nunca se hizo”, dijo Claudia en la presentación de su libro en la Feria de Zacatecas. El mismo director italiano admite que la historia de Vittorio Vidali es una historia por la libertad y contra el régimen dictatorial italiano, y da para una visión profunda en imágenes, la misma Marcucetti nos entrega imágenes que se te quedan en la memoria, además de que, sobra decirlo, la prosa de Marcucetti es casi de la misma precisión que la de un cirujano en plena operación. (La Jornada, Zacatecas).
Claudia tomó el último verso del poema de Pablo Neruda, dedicado a la Muerte de Tina Modotti, como título de este libro: Son los tuyos, hermana: los que hoy te dicen tu nombre, / los que de todas partes, del agua, de la tierra, / con tu nombre otros nombres callamos y decimos, / porque el Fuego no muere.
A partir de este verso, Marcucetti dimensiona el sentido de su obra: porque el fuego no muere / ni la pasión revolucionaria / ni la amorosa / ni la sed de justicia.
La que también posee un fuego que no muere es Marcucetti. (La Spezia, Italia, 1968). Desde que la conozco no se permite ni un momento de aliento, no hay día en que no tenga una entrevista o una presentación de su libro, o una charla en clubs de lectoras. No para y siempre con una sonrisa. Es tal la entrega a su trabajo que estoy segura que sueña con el amor entre Tina y Vittorio Vidali, el verdadero personaje de su obra. Hay que decir que de la fotógrafa se ha contado casi todo. “Si a Modotti se le asocia con el asesinato de Juan Antonioj Mella a Vidali se le han cargado miles de muertos incluida la de Trotsky”, le dijo Claudia a uno de sus tantos entrevistadores (El Heraldo). Y agregó: “Vittorio tuvo mucho empuje para que las fotografías de Tina se conocieran en el mundo, el regaló la mayor parte de los positivos a la Fonoteca Nacional de Pachuca, el tenía ese orgullo de haber estado con esa mujer que admiró mucho más después de morir. Mi novela quiere hacer justicia a las ideologías, al momento histórico”.
Confieso que no he terminado de leer esta espléndida y ricanovela, pero sin duda es una lectura ideal para estos días santos y para los no santos también. Resucitemos juntos a Tina Modotti, una mujer controversial, frágil, pero sobre todo víctima de sus circunstancias.
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