El nuevo buscador conversacional Bing de Microsoft acompaña al Bardo (Shakespeare) de Google en el empuje mundial hacia la Inteligencia Artificial General. 

Tenemos sobre la mesa (en la pantalla) a tres mosqueteros gigantes que avanzan a toda marcha en búsquedas diarias de cientos de millones de personas. Pronto serán cientos o miles los modelos de AI. Hasta que toquemos la IAG o Inteligencia Artificial General.

La presentación de Microsoft de cómo se entrena a Bing para enfrentar a enemigos perversos promotores de la desinformación y el engaño, asemeja las mejores lecciones de periodismo.

Los técnicos de Microsoft educan a la herramienta del Modelo Grande de Lenguaje (LLM por sus siglas en inglés) para que busque información relevante, prominente, actual y verídica. Le pide que enuncie las fuentes de donde proviene de internet. Que deseche lo dudoso y busque lo verdadero.

Esas fuentes son etiquetadas, jerarquizadas y valoradas por su seriedad y precisión. Los laboratorios de la empresa, donde trabajan los más experimentados ingenieros de la AI, buscan amenazas, desviaciones y perversiones que puedan hacer daño a los usuarios.

En la presentación “El nuevo Bing: Nuestra aproximación a una Inteligencia Artificial responsable”, Microsoft afirma que su herramienta es mejor que Chat GPT 4 de OpenAI.

Aunque son dos empresas distintas, Microsoft aportó 10 millardos de dólares a OpenAI para hacer posible su futuro. La suma de los ingenieros de las dos empresas le dan a Bing el poder de competir directamente con Google, el buscador universal en Occidente.

La primera diferencia de Chat GPT y Bing es la actualidad de la información. El chatbot GPT sólo tenía documentos (175 billones de ellos) hasta 2021. El nuevo Bing  no tiene un límite porque puede acceder a todo lo registrado en la red hasta el momento de la pregunta.

Google, con su “Bardo”, en homenaje a Shakespeare, entra a la escena con la mayor parte del mercado. La innovación disruptiva de la Chat GPT puso a temblar y en alerta roja a la empresa que domina el negocio. Las búsquedas no serán como antes, donde al pedir información sobre un tema como ¿dónde puedo encontrar el mejor restaurante de comida mexicana de la ciudad?, se convierte en una posible charla sobre lo que quiere decir comida mexicana.

Con la integración de Bing a las aplicaciones de Office, en esta misma oración podría pedir un consejo de cómo estructurar mejor las 387 palabras que van en la columna y pedir auxilio para corregirla en ortografía, sintaxis, estilo y sustancia. Incluso en revisar y editar el contenido en su lógica y precisión.

Lo mismo podrá hacer cualquier usuario de Excel que quiera verificar la adecuada disposición de una tabla dinámica o la programación de un macro.

Pero eso solo es el principio porque la velocidad de “razonamiento” de la herramienta comienza a dar destellos de Inteligencia Artificial General, es decir, de pensamiento autónomo. Ese es un tema que apenas asoma las narices porque nadie esperaba que en tan poco tiempo esos brotes de independencia cibernética pudieran darse.

Escribo como lego, como usuario admirado del cambio que significa para nuestros hijos y nietos convivir con máquinas (robots o herramientas), miles de veces más rápidas y capaces de interpretar la realidad de lo que hoy podemos hacerlo.

Si apenas en 4 meses de abrir Chat GPT al público hay una primavera exuberante de nuevos modelos, de nuevas aplicaciones, cabe una pregunta, por ejemplo, ¿cómo podrán usarse las herramientas desde los gobiernos para torcer nuestro arcaico modelo democrático en 2024? ¡Bingo!, acertó.

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