La decisión del Gobierno de Estados Unidos (el Procurador Merrick Garland) de acusar a “Los Chapitos” de fabricar y traficar fentanilo hacia y en ese país coloca en un tremendo aprieto al Gobierno mexicano, pero en especial al Presidente López, quien adoptó una actitud de desentendimiento desde que nuestros vecinos iniciaron la discusión del tema del tráfico de fentanilo hacia su país.

Estados Unidos solicita la extradición de Ovidio Guzmán, actualmente en prisión mexicana, y de su hermano y medios hermanos (Joaquín, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo), así como de varios de sus lugartenientes.

Como ustedes recordarán, la actitud del señor López ha sido de “aquí no se fabrica fentanilo”, lo cual de cierta manera es una declaración de absolución para “Los Chapitos”.

Obviamente, a los vecinos esto no les debe haber caído nada en gracia, así que se encargaron, tras la reunión de alto nivel en Washington la semana pasada, de revelar que habían infiltrado la organización de “Los Chapitos” y que tienen pruebas de que SÍ FABRICAN este fentanilo en México, principalmente en laboratorios ubicados en Sinaloa, y que lo trafican hacia y en Estados Unidos en al menos seis Estados.

Adicionalmente a desmentir al Presidente López y evidenciar su intención de ocultar hechos para luego justificar su INACCIÓN, las órdenes de aprehensión y extradición emitidas contra “Los Chapitos” lo colocan en un predicamento.

Desde aquella gira por Sinaloa en la que el señor López visitó Badiraguato, y desde su camioneta saludó de mano a la mamá de “El Chapo” (abuelita de los acusados de hoy) y recibió de ella una carta-petición, seguido esto de la LIBERACIÓN por orden presidencial del hoy preso, Ovidio, en el culiacanazo, existe la presunción de una especie de acuerdo entre el Cártel de Sinaloa y la 4T, mismo que queda implícito en la política oficial de “abrazos, no balazos”.

Obviamente, las órdenes gubernamentales de EU, en caso de darse, contrapondrían al Gobierno de la 4T contra la organización criminal conocida como el Cártel de Sinaloa, algo que -a juzgar por los hechos- este Gobierno ha evitado desde el principio de su gestión.

Ahora que, de NO HACERLO, agarrará el señor López una mayor bronca con el Gobierno norteamericano, esto en perjuicio de nuestro País para el que es imprescindible una buena relación con Estados Unidos, nuestro principal socio comercial.

Da la impresión, esto emanado de voceros de las autoridades norteamericanas, que ellos saben que nuestras Fuerzas Armadas, Ejército y Marina, no sólo saben de las actividades del Cártel de Sinaloa, sino que están dispuestos a actuar para aplicarles la Ley.

Si no lo han hecho es muy probable que esto se deba a la ausencia de una ORDEN del Presidente mexicano, su “Jefe Supremo”.

De cierta forma, pues la orden de aprehensión contra “Los Chapitos”, llena de cargos específicos y muy detallados, es un mensaje directo al señor López, quien ya no puede negar los hechos ni seguir haciéndose el desentendido respecto a las actividades del Cártel de Sinaloa en relación a la crisis de salud que el fentanilo representa para nuestro vecino norteamericano.

Como ya lo habrán leído en este espacio, en el 2021 (último año para el que se tienen cifras precisas) más de 71 MIL personas murieron en Estados Unidos a causa de los opioides sintéticos, entre ellos el fentanilo.

De manera que, para el Gobierno norteamericano, el tráfico de esta sustancia en su territorio representa un grave peligro de salud, uno al que su Gobierno le otorga a su combate la mayor prioridad.

Obviamente, con sus actitudes y declaraciones vía su único vocero, el Señor de las Mañaneras, el Gobierno mexicano NO SE HA MOSTRADO SOLIDARIO ni ha ofrecido en el terreno de los hechos una COLABORACIÓN efectiva a su contraparte norteamericana.

Esto, obviamente, tendrá que cambiar.

Y si no lo hace, forzará un mayor distanciamiento entre ambos Gobiernos, lo cual se convertirá en un claro perjuicio no sólo para el (des)Gobierno de la 4T, sino para las relaciones entre ambas naciones que, hoy más que nunca, deben esforzarse JUNTAS para vencer los retos de las divisiones globales y las guerras comerciales, producto de las circunstancias actuales con CHINA Y RUSIA.

 

 

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