Desde principios de 2019, uno de los jefes de más alto rango del Cártel Jalisco Nueva Generación, Gonzalo Mendoza Gaytán, apodado “El Sapo”, envió células operativas a Guadalupe, Zacatecas.

Se trataba de una estrategia del Cártel Jalisco encaminada a controlar los municipios cercanos a la capital del estado: Fresnillo, Jerez y Cuauhtémoc, entre otros.

El resultado fue una serie de choques con las organizaciones criminales que tenían fuerte presencia en la zona: el Cártel de Sinaloa (que bajaba desde Coahuila y Durango), el Cártel del Golfo, el Cártel del Noreste y un remanente de los Zetas conocido como Los Talibanes.

La región se llenó muy pronto de cadáveres que aparecieron en bolsas, y también colgados en racimos de hasta nueve cuerpos que se balanceaban espantosamente bajo los puentes.

Algunos alcaldes recomendaron a la población que no saliera de noche de sus casas. En buena parte de esos municipios los policías municipales ya no se presentaron a trabajar. En otros, corporaciones completas fueron dadas de baja.

En Fresnillo diez cuerpos envueltos en cobijas o en bolsas de plástico negro fueron abandonados una madrugada en pleno centro: los sicarios los habían bajado de una camioneta, para colocarlos (“acomodarlos”, dijo un testigo) a cinco metros uno de otro.

Los cadáveres ocuparon dos calles principales del centro.

La violencia tocaba también al municipio de Guadalupe. Ahí fue baleado a fines del año pasado el juez de control Roberto Elías, al que desconocidos atacaron al salir de su domicilio. El juez sobrevivió 24 horas y murió en el hospital al día siguiente.

Una semana después, un grupo de sicarios asesinó en la calle a una mujer, que fue identificada como elemento activo de la policía municipal. No se dio con los responsables.

El 24 de noviembre, el general José Silvestre Urzúa, coordinador de la Guardia Nacional, fue asesinado durante un operativo efectuado en el municipio de Jaltomate.

Cuatro días más tarde, siguiendo la pista de los asesinos del militar, el Ejército llegó a un domicilio ubicado en Guadalupe. De acuerdo con el reporte correspondiente, en ese domicilio fueron detenidos 12 presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación: se hallaron armas largas y cortas, bombas molotov, envoltorios con pólvora, vehículos, motocicletas…. y el cuerpo desmembrado de una mujer.

La célula llevaba tiempo operando desde aquel municipio.

Entre enero y febrero del presente año, cinco jóvenes fueron asesinados en Guadalupe. A tres de ellos, de entre 20 y 25 años, los acribillaron en la calle de terracería en donde se habían reunido. Las autoridades solo hallaron la motocicleta empleada para cometer el crimen.

En marzo, un comando disparó contra las clientes de un billar en la comunidad de Tacoaleche. El reporte indicó que luego de completar el atentado, los “civiles armados” subieron a un vehículo y se alejaron del lugar. En el establecimiento quedaron dos muertos y cuatro heridos.

Se señaló que la agresión se debía a que los propietarios se habían cansado de pagar “derecho de piso” a los criminales.

Un año antes había sido abatido, en Guadalupe, un sujeto apodado “El Gary”, jefe de plaza del Cártel del Noreste, a quien policías acribillaron a bordo de un BMW mientras viajaba en compañía de su madre.

Policías de Guadalupe fueron acusados recientemente de haber disparado contra un joven, “porque le vieron en la mano un objeto”. En las últimas semanas, agresiones armadas han roto la noche del municipio. Hace unos días, tras reportes de un tiroteo, la policía encontró a tres personas tendidas en la colonia División del Norte: dos hombres y una mujer. Los dos primeros estaban muertos. Una persona más fue acribillada minutos más tarde, al otro lado de la ciudad. El Viernes Santo otras dos personas fueron atacadas a tiros en una calle del centro.

“Para reforzar las labores de seguridad”, a principios de abril fue cambiado el titular de la dirección municipal de seguridad pública. El cargo lo tomó un exmilitar, con más de 15 años de experiencia en tareas de seguridad.

En medio de este clima irrefrenable de descomposición, el alcalde de Guadalupe, el morenista Julio César Chávez Padilla, fuerte candidato a la gubernatura del estado, ha sido señalado como coautor del asesinato del músico Raúl Calderón Samaniego, miembro del conjunto Los Románticos de Zacatecas, cuyo caso reseñé el día de ayer.

El alcalde se encuentra prófugo y aquel municipio zacatecano, bastión del Cártel Jalisco, totalmente aplastado por la extorsión. Un territorio perdido, cuyo tejido fue carcomido por completo en unos años.

@hdemauleon

 

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