Desde el punto de vista psicológico, resulta muy interesante asomarse al centro de cómputo neuronal del señor López. Hizo referencia a que su hijo Jesús Ernesto le preguntó si había cometido errores como Presidente, a lo cual respondió que muchos, y aquí es donde brilló su muy especial conectividad neuronal. Iba bien al reconocer su comisión de errores, pero lo interesante es qué es lo que considera error.

No mencionó, por ejemplo, el error de VIOLAR la Constitución, de mostrarse intolerante con sus críticos, de perseguir a sus enemigos políticos (Ricardo Anaya), de empeñarse en obras/caprichos personales de escaso servicio al pueblo, como la refinería Dos Bocas, el Tren Maya y el subutilizado AIFA; de llevar la diplomacia mexicana a violar la Doctrina Estrada, de destruir la planta de empleos, de obstaculizar la inversión económica, de dividir a la sociedad, de empeñarse en una política de seguridad que ha incrementado la VIOLENCIA y la inseguridad, de promover la impunidad, de atacar a instituciones que México necesita para su democracia, como el INE o el INAI.

En fin, qué bueno que el señor considera que ha cometido muchos errores, porque esa verdad es cierta. Lástima que lo que considera errores que son SU CULPA, él los calificó como TRAICIONES. Mencionó a cuatro personas en este contexto: una de ellas, la Senadora Lilly Téllez, quien por su agudeza y destreza verbal se ha convertido en una espina en el costado de la “Transformación”.

Mencionó también como “traidores” a los Ministros de la Suprema Corte Margarita Ríos-Farjat y Juan Luis González Alcántara, y a don Germán Martínez, quien inició el sexenio ayudándole con el IMSS.

El común denominador de este cuarteto de “traidores” es que, según López, fueron escogidos -o designados- por ÉL. Queda claro que considera que cualquier persona por él nombrada LE PERTENECE, quedándole vetado disentir o pensar de diferente manera. En su visión feudal, la función de la gente que él escoge como colaboradores, o para puestos en los que le toca designar integrantes, es CALLAR Y OBEDECER.

Cree que no hay creencias individuales o ideología propia. Sólo existe para él la SUMISIÓN total, de lo cual se desprende que, a diferencia de lo que dice, en los hechos SÓLO ÉL tiene la razón. Es impresionante cómo se contradice: en un momento habla de que estas personas “lo traicionaron” y en el siguiente dice que hay que respetar las opiniones.

El señor no puede afirmar entonces, dentro de una lógica elemental, que estos servidores públicos “lo traicionaron”. La conclusión es que el señor posee un DISCURSO que manifiesta, pero que en los hechos NO RESPETA. Si lo respetara no habría “traidores” en ningún lado. Como tampoco habría la consigna de fustigar con epítetos malsonantes a quienes revelan información que no se acomoda a la narrativa presidencial.

Ejemplo reciente: las revelaciones de Guacamaya Leaks sobre los VIAJES ultralujosos, nada apegados a la “austeridad franciscana”, hechos por el Secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, y SU FAMILIA.

En ningún momento reconoció López que viajar a ITALIA por 14 días con la familia, esposa, hijos, nueras y ayudantes, con CARGO AL ERARIO, escasamente representa una “transformación” con respecto a las prácticas del pasado, pues de acuerdo con documentos de “Guacamayas” analizados por Mexicanos Contra la Corrupción, la austeridad no rifa con el Secretario de la Defensa, escogido y nombrado por el señor López.

¿Acaso este comportamiento no “traiciona” los principios de la “transformación” que predica el Presidente? Y, sin embargo, cuando le tocaron el tema en la desmañanera dijo que el Secretario “nunca” ha viajado de esta manera. ¡Falso, falso, falso!, ¡lo ha hecho en varias ocasiones y no sólo a Italia, sino a otros países, incluyendo RUSIA!

Los “traidores”, pues, no son los que él menciona y menos por las razones que emplea: hay otros que CON HECHOS actúan bajo su mando de manera contraria a las prédicas presidenciales. Es hora de practicar lo que se predica.

 

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