Al matar al INSABI tras escasos tres años de vida, reconociendo con este acto OTRO FRACASO gigantesco de la 4T, desperdiciaron los iluminados -pero eso sí, muy independientes- Diputados de Morena el rebautizarlo y llamarlo el “NISABÍA” para despedirlo propiamente.
Ello porque NISABÍA el Presidente -a quien ellos creen infalible- lo que estaba haciendo cuando desapareció la existente cadena de suministro de medicinas y el Seguro Popular para crear esta chimistreta desfigurada que destruyó lo existente que YA FUNCIONABA para sustituirlo con algo INVENTADO e improvisado que nunca funcionó.
En su momento, cuando se anunció la creación del INSABI, se CANTÓ su predecible fracaso, pues la decisión presidencial de la noche a la mañana se veía irracional: suplantar algo que funcionaba, aun con imperfecciones, para sustituirlo DE CUAJO con algo improvisado, con un desconocimiento pasmoso respecto al funcionamiento del “supply chain” de las medicinas en México resultaba ABSURDO.
Más absurdo aún, despojar a la ciudadanía de la opción del Seguro Popular, algo que funcionaba razonablemente bien y le daba a la gente una opción sensata de cobertura médica. Jugar así con el bienestar de la gente raya en lo criminal, no en balde se afirma -y se ha afirmado siempre- que nadie más audaz que el ignorante.
Tanto el “Jefe Máximo” como sus incondicionales basaron decisiones cruciales, con afectación directa y NOCIVA para millones de mexicanos, en falsas suposiciones, en subestimar lo logrado por pasadas administraciones y la complejidad de lo que pretendían lograr.
Obvio, sobreestimando también la capacidad del Gobierno para REALIZAR con efectividad y eficiencia tareas complejas que inciden en los MERCADOS y en las leyes económicas que los rigen, por ejemplo, la ley de la oferta y la demanda.
Por supuesto que otro de los riesgos al crear este organismo burocrático que pretendía monopolizar la distribución de las medicinas en México era el de generar una GIGANTESCA oportunidad para LA CORRUPCIÓN. Esto se vio de manera escandalosa en SEGALMEX, y no duden ustedes que la decisión de DESAPARECER el INSABI es para crear un PANTEÓN en donde puedan enterrarse los muertitos que deja esta pandemia de raterías que se descubrió, pero que los cuatroteístas están empeñados en disimular y tapar.
Ya ven ustedes que el “líder supremo” afirma constantemente que los corruptos son “los otros” y que ellos son “diferentes”. (La única diferencia que en estos casos ha podido notar su h. servidor es que antes robaban con la derecha mientras que ahora le rascan al presupuesto con la zurda).
Tristemente, el resultado es el mismo: un sonoro fracaso, otra lección más -como si hiciera falta- de que el Gobierno es un PÉSIMO administrador y que éste nunca puede ni debe ser agente económico, sino meramente regulador -y sólo si es atinado- de los procesos económicos.
Pero no como pretendió el “líder moral” hoy convaleciente, un ACTOR principal en la distribución de medicinas. Consideren lo MAL que funcionaba y lo rápido que se PUDRIÓ el INSABI para que la 4T haya aceptado su gigantesca PIFIA decidiendo no continuarlo. Ello cuando toda la oposición -en la Cámara y en el País- les gritaba firmemente sentada sobre la VERDAD y la razón: ¡Se los dijimos!
El que no quiere escuchar, cual es el caso del actual régimen, anula para sí y para los demás cualquier opción de mejorar o de evitar -y evitarles a los ciudadanos- descalabros cuyo COSTO no sólo es económico, sino de dimensiones SOCIALES muy importantes.
Después de TRES AÑOS de desabasto de medicinas, de no contar con las oncológicas NI PARA LOS NIÑOS, de ser incapaces de surtir recetas para los medicamentos más básicos, ¿quién y cómo puede alguien calcular el COSTO HUMANO de tan graves carencias?
¿Cuánto valen las vidas perdidas por no contar nuestro sistema de salud con las medicinas requeridas para tratamientos del cáncer, diabetes, hipertensión y otros padecimientos? Por ello afirmamos que la PIFIA/CAPRICHO de lo que se hizo raya en lo inhumano.
El DAÑO ya está hecho, la cadena de suministro de medicinas CERCENADA por la 4T hace tres años quedó afectada gravemente, tanto que que ni el IMSS, ni nadie, podrá reponerla ni pronto ni bien. Esto representa un DAÑO gigantesco al bienestar del pueblo que quedará -lamentablemente- impune.