Sí, el Poder Ejecutivo no solamente está podrido sino también descompuesto, venal, corrompido, deteriorado, pútrido, degenerado, carcomido, deshonesto, tramposo, pervertido, falaz, embustero, embaucador, farsante, patrañero, enclenque, malogrado, demente, alienado, desvariado, insano y, ¿ya dije podrido?
Podríamos seguir enumerando adjetivos, caben muchos, algunos podrían ser igual o, incluso, más insultantes que los anteriores y seguramente el presidente López Obrador se ofendería: nos acusaría de carroñeros y serviles; pero que quede claro que nadie estaba hablando solamente de él como persona, sino del Ejecutivo en sí mismo.
El Poder Ejecutivo que encabeza López Obrador apesta rancio, fue tomado por la viejísima clase política plagada de mañas e ineficiencia, ya decía el hoy exiliado Ricardo Anaya en aquel célebre debate de 2018, “el problema no es que seas viejo, sino que tus ideas son viejas”. Y sí, el problema, por ejemplo, no son los más de ochenta años de Bartlett o de Gertz Manero, el problema no es que en el gabinete falten jóvenes y sobren viejos; sino su aversión al nuevo mundo, a la transparencia, a los valores democráticos; el problema no es la suma de experiencias que brindan los años, sino la cantidad de experiencias reprobables que suma el Ejecutivo.
El Poder Ejecutivo del “Peje” está fétido de corrupción, sus “colaboradores” tienen patente de corso mientras laman sus suelas, las lisonjas son garantía de impunidad. Ahí está Segalmex, por ejemplo, cuyo principal responsable, Ignacio Ovalle, termina arrebujado del amor presidencial, incluso con ternura: pobrecito, no sabía que su equipo estaba saqueando 15 mil millones de pesos del erario, ¡atrás, prensa carroñera!, ¿dónde estaban cuando el PRI robaba más?
O el caso de Francisco Garduño, titular del INM, que no sólo podría tener cola en la cuestionada administración de las cárceles para migrantes envueltas en sospechas para favorecer a la dictadura de Nicaragua, sino que carga sobre su gestión ¡40 hombres muertos!
¡40 quemados vivos!… ¿Qué es, sino un funcionario mimado hasta el ridículo, un tipo al que ni las vidas de 40 seres humanos lo quitan del puesto?
¿Y los empresarios superfavorecidos con sus empresas fantasma?, ¿y el Ejército que se ahoga en recursos clasificados de “seguridad nacional” mientras el general secretario anda paseando a todo lujo con dinero público?, ¿y la Casa Gris?
Bueno, supongo que los hijos del presidente no forman, estrictamente, parte del Poder Ejecutivo; pero claro que coadyuvan a su putrefacción cuando uno vive en casas que desbordan menos lujos que conflictos de interés y el otro hijo está envuelto en transas multimillonarias.
Sí, quizá el Poder Judicial no tiene remedio y poco a poco se fue pudriendo desde hace años.
Pero el Poder Ejecutivo parece que nació podrido.
De Colofón
Momento de mostrar músculo de proteína 4T, corre fuerte la idea para una manifestación masiva contra el Poder Judicial, ¿la segunda mitad del 2023 será de la protesta en la calle?
Y todavía faltan 507 días para que termine el sexenio.