NADIE puede acusar a AMLO de falta de sinceridad o de tener intenciones ocultas. Su hemorragia matutina de agravios y lugares comunes no deja lugar a dudas sobre sus objetivos para 2024: usar toda su influencia con el fin de que Morena y sus satélites ganen dos terceras partes del Congreso y tener así una mayoría que le permita borrar y reescribir la Constitución de 1917.

EL PRESIDENTE ya dijo que quiere que los ministros de la Suprema Corte sean electos por el voto y la sabiduría del pueblo bueno. Simplemente esta idea pervertiría hasta la médula la autonomía del Poder Judicial. AMLO ya avisó que quiere ganar el Congreso para acabar con los contrapesos de la Constitución.

MIENTRAS esto ocurre, los líderes de la oposición parecen no tener ningún sentido de urgencia, ante las fervorosas prisas de las corcholatas de Morena. Un candidato o candidata presidencial de oposición con una imagen muy fifí y poco arrastre ciudadano será un lastre para que PAN, PRI y PRD tengan más presencia en el Senado y la Cámara de Diputados.

EN 2024 se juega el destino de la democracia mexicana. Hay que decirles a Marko Cortés y Alejandro “Alito” Moreno que se despierten de la siesta o se preparen para recibir el juicio de la historia.

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DE NARANJA se va a teñir hoy Guadalajara con el encuentro de los más importantes liderazgos de Movimiento Ciudadano. Nomás que esta vez la convocatoria no es electoral, sino nupcial. Quien se casa es Agustín Basave Alanís, diputado federal con licencia y hoy mano derecha de Luis Donaldo Colosio en la alcaldía de Monterrey.

ENTRE los asistentes se espera, por supuesto, a los gobernadores Enrique Alfaro y Samuel García; el senador Clemente Castañeda y el diputado Jorge Álvarez Máynez; el patriarca de MC, Dante Delgado; el propio Colosio y, por supuesto, el papá del novio, el ex priista y ex perredista Agustín Basave. No sería raro que a los novios, en lugar de arroz, les avienten… ¡discursos!
 

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ES CURIOSO cómo la 4T se limpia las narices con la ley electoral, y ninguna autoridad parece enterarse. El Presidente espanta a los electores diciendo que la oposición les va a quitar sus pensiones. Las “corcholatas” de Morena se placean, se promocionan y hacen campaña, pese a que está prohibido. Inclusive Claudia Sheinbaum anda de gira por todo el país y ya dijo que no va a borrar las bardas promocionales aunque sean ilegales.

ANTE ESTO, llama la atención el silencio del INE. Si ya desde ahora, cuando falta más de un año para la elección presidencial, la autoridad no hace nada; en 2024 mucho menos le van a hacer caso. Da la impresión de que con la llegada de las y los nuevos consejeros, el instituto electoral se volvió como esos changuitos que no ven, no oyen y no hablan.

 

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