DOS ASUNTOS tienen al país expectante. El primero es ver quién alcanzará boletos para los conciertos de Luis Miguel. Y el segundo: ¿finalmente el Presidente se atreverá a hablar de la suerte inmobiliaria del general Luis Cresencio Sandoval?

COMO SUELE suceder en lo que él llama un “ejercicio diario de transparencia”, el Presidente y su equipo hicieron todo para darle la vuelta al elefante verde olivo en la habitación: el departamento en Bosque Real comprado por el titular de Sedena a un precio mucho más bajo que el de mercado. ¡Ah!, y además comprado a un contratista del propio Ejército.

LA COMPRA del inmueble puede, sin duda, tener muchas explicaciones. Pero nomás no hay manera de encuadrarla en las mejores prácticas de otros países para evitar el conflicto de intereses y la posible corrupción de los funcionarios públicos. Pero, bueno, ya se sabe que a AMLO no le gusta que se ponga en duda la honestidad de su equipo y menos la de las Fuerzas Armadas que en este sexenio han sido, diría Luis Miguel, “La Incondicional” de la 4T. ¿O será al revés?

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EL DIRIGENTE Mario Delgado puso en una situación bastante incómoda (y dudosamente legal) a las “corcholatas” presidenciales al pedirles que fueran a apoyar la campaña de Armando Guadiana en Coahuila. Y es que el hombre del sombrerón nomás no logra prender con el electorado coahuilense.

EL HECHO de obligarles a ir a dar su respaldo al candidato en desventaja, hará que Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard tengan que cargar también con su eventual derrota. Y eso, evidentemente no les gusta, pero lo acatan. Ya estuvo allá el secretario de Gobernación, quien pese a ser responsable de la política interior del país, estuvo en un mitin con Guadiana, donde lo presentaron como consejero nacional de Morena, pa’ que no digan nada en el INE. Y ya también la jefa de Gobierno anunció que andará por allá el fin de semana, seguramente como turista. 

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PARA los amantes de los deportes resulta un misterio por qué alguien que vivió el sufrimiento y la gloria de ganar una medalla, como Ana Gabriela Guevara, es tan indiferente e indolente ante las nuevas generaciones de atletas.

EL EJEMPLO que hoy está en boca de todos es el de los equipos de Natación Artística que ya ganaron ¡tres medallas de oro! en la Copa Mundial que se lleva a cabo en Egipto. Si ya de por sí se trata de una hazaña deportiva, las preseas tienen un mérito extra: no recibieron apoyos ni de la Conade, ni de ninguna otra autoridad mexicana. De hecho, fue al revés: el organismo que encabeza Ana Gabriela Guevara les puso piedras en el camino, poniendo por encima la grilla federativa.

EL COLMO fue que las atletas que hoy son celebradas por todo México tuvieron que vender hasta trajes de baño, para poder asistir a la competencia internacional. De hecho, la hermana de una de las nuevas medallistas asegura que fue el propio Carlos Slim quien corrió con los gastos del viaje.

O SEA QUE mientras Ana Gabriela Guevara se lleva la plata -y no en un sentido olímpico-, las sirenas mexicanas traerán el oro.

 

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