Ellos mismos indicaron a sus agresores el lugar donde se encontraban. Acababan de exhibir en TikTok imágenes en las que aparecían sus vehículos y sus armas. Según fuentes oficiales, los grupos criminales suelen monitorear las redes sociales en busca de información de sus rivales.

Para los agresores, fue fácil ubicar al narcotraficante de Ensenada, Alonso Arámbula Peña, “El Trébol”, así como a su gente, en “El Cachanillazo”: una muy popular carrera de vehículos tipo razer.

De acuerdo con los testigos de la masacre de Ensenada, en la que diez personas perdieron la vida, algunas de las cuales fueron identificadas como integrantes del círculo cercano de “El Trébol”, entre estas su pareja sentimental, Mariana “N”, todo ocurrió hacia las 14 horas del sábado.

Los testigos vieron aparecer, en el kilómetro 90 de la autopista Transpeninsular, a la altura del poblado de San Vicente, una camioneta de color negro cuyos tripulantes abrieron fuego a quemarropa sobre varias personas.

“Mira, a los del ese Razer, a todos los mataron, hijo”, dijo un testigo que grabó la masacre.

En otro video se escuchan las detonaciones de arma larga durante aproximadamente un minuto, mientras la gente corre a esconderse. Se ven pasar dos camionetas a gran velocidad, y luego unas personas se acercan al sitio del ataque para registrar lo ocurrido:

“Acá está la gente tirada mira, mira toda la gente tirada acá, heridos, muertos…. Mira a la muchacha, anda herida, pobrecita. Mira aquí está muerto, está muerto, está vivo…”.

Una de las víctimas fue identificada como José Eduardo Orozco Piña, delegado en San Antonio de las Minas. Se investiga si fue una víctima accidental o si daba protección a la célula criminal asesinada.

Nueve personas más resultaron heridas y debieron ser trasladadas a distintos hospitales para su atención: de acuerdo con fuentes gubernamentales, los atacantes eran miembros de una célula del Cártel de los Arellano Félix que iban en busca de antiguos socios acusados de haber comprado la franquicia del Cártel Jalisco Nueva Generación, CJNG.

Hace dos años, Ensenada apareció en el ranking de las ocho ciudades más violentas del mundo, elaborado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.

Ese año, 2021, la tasa de homicidios en aquel municipio bajacaliforniano fue de 76.95 por cada cien mil habitantes (las dos más violentas resultaron ser Zamora, Michoacán, con una tasa de 196.13 por cada 100 mil, y Ciudad Obregón, cuya tasa fue de 155.77).

Apenas en enero de este año, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador anunció “una reducción histórica” en delitos de alto impacto en Ensenada, sobre todo en homicidios.

Había señales, sin embargo, de que algo estaba sucediendo. Poco antes de ese anuncio seis personas habían sido ejecutadas en el interior de un domicilio de Playas de Chapultepec en el que se encontraron varios kilos de cristal, así como equipo para empacar al vacío.

Las víctimas habían recibido disparos en la cabeza y el tórax.

Entre enero y febrero de este año varios hombres fueron ejecutados. Aparecieron también narcomensajes con amenazas realizadas por el Cártel Jalisco, en las que se hablaba de un ajuste de cuentas con motivo de la muerte de uno de sus integrantes.

A mediados de febrero cuatro policías municipales fueron emboscados al momento de realizar una vigilancia preventiva. Uno de ellos murió y los otros tres, así como un agente canino, resultaron heridos.

El sábado en Ensenada, “El Trébol” y su equipo de seguridad fueron acribillados en la Transpeninsular. Las autoridades localizaron más tarde el vehículo desde el que se realizó la agresión: una camioneta Infinity QX60 con vidrios polarizados. Según los peritos, presentaba al menos tres perforaciones por disparos de arma de fuego y había sangre en su interior: algunos de los acribillados lograron abrir fuego antes de morir.

Solo entre enero y abril de 2023 se registraron 781 homicidios en Baja California. El año pasado hubo dos mil. La “reducción histórica” anunciada por el gobierno federal habla en realidad de un control establecido por grupos criminales: un control que a lo largo de este año ha dado muestras de haberse roto en Ensenada y que indica que la lucha por controlar territorios por donde pasan las metanfetaminas y el fentanilo se ha reanudado.

La masacre revela que los narcos, sus escoltas y sus armas se exhibían a plena luz pública en Ensenada. Revela que policías municipales y estatales que se hallaban en el lugar los vieron pasar, y no intervinieron (tampoco durante el ataque). Revela que las “reducciones históricas” del gobierno de AMLO son en realidad producto de pactos entre autoridades y criminales.

 

@hdemauleon

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