Para mí ha sido una tradición realizar un evento para concientizar sobre los efectos nocivos del tabaco para la salud desde hace más de treinta años en mi trabajo en la preparatoria de la Universidad de Guanajuato entre jóvenes adolescentes, en este lapso de tiempo en que hemos visto un cambio en la mentalidad del uso del tabaco y su inhalación. Los efectos dañinos en fumadores activos y pasivos con legislaciones sobre drogas que han ido limitando su uso en lugares públicos.
En cuanto a salud pública está la discusión sobre los vapeadores que, de acuerdo a varios estudios, provocan más daño que el mismo tabaco sabiendo que se empieza a fumar a muy temprana edad y que es un antecedente para el consumo de otras drogas. Si embargo, esta vez quiero mencionar también sus efectos económicos y ambientales.
La crisis alimentaria mundial está creciendo, nutrida por los conflictos, el cambio climático, los impactos de la pandemia de COVID-19, así como los efectos dominó de la guerra en Ucrania que impulsan el aumento de los precios de los alimentos, el combustible y los fertilizantes. El cultivo y la producción de tabaco conducen a daños ecológicos globales a largo plazo y al cambio climático, y desempeñan un papel crucial en la determinación del futuro de la agricultura y la seguridad alimentaria. La OMS anuncia la campaña mundial 2023 para el Día Mundial Sin Tabaco centrada en el cultivo sostenible de alimentos en lugar de tabaco.
Actualmente, el tabaco se cultiva en más de 125 países como cultivo comercial, en un área estimada de 4 millones de hectáreas, que es un área más grande que varios países. Los efectos nocivos del cultivo sobre el medio ambiente son particularmente evidentes en los países de ingresos bajos y medios.
Se busca alentar a los gobiernos a poner fin a los subsidios para el cultivo de tabaco y a utilizar este ahorro para programas de sustitución de cultivos que contribuyan a la seguridad alimentaria y la nutrición. Esta campaña también tiene como objetivo sensibilizar sobre las formas en que la industria tabacalera interfiere en los intentos de sustituir el cultivo de tabaco por cultivos sostenibles, contribuyendo así a la crisis alimentaria mundial.
Esta es una oportunidad para movilizar a los gobiernos y los responsables de formular políticas para ayudar a los agricultores a optar por cultivos sostenibles, mediante la creación de ecosistemas de mercado para alternativas de cultivo y animar a muchos agricultores en todo el mundo a comprometerse a dejar de cultivar tabaco.
Escasas tierras cultivables y agua se están utilizando para el cultivo de tabaco, destruyendo miles de hectáreas de bosques para hacer espacio para la producción de tabaco y para producir material combustible para curar las hojas de tabaco. Por lo tanto, la tierra fértil está siendo destruida y no se puede utilizarse para producir cultivos alimentarios que tanto se necesitan.
En muchos países donde la producción y el cultivo de tabaco son importantes, la cuestión de los medios de vida a menudo se presenta como un impedimento para la implementación de medidas estrictas de control del tabaco. La industria tabacalera está utilizando los medios de vida de los agricultores, mediante la creación de grupos de fachada, para cabildear contra los cambios de política destinados a reducir la demanda de tabaco. Necesitamos proteger la salud y el bienestar de los agricultores y sus familias, no solo de los daños del cultivo de tabaco sino también de la explotación de sus medios de vida por parte de la industria tabacalera.
Las y los agricultores frecuentemente tienen acuerdos contractuales con la industria tabacalera y están atrapados en un círculo vicioso de deudas. En la mayoría de los países, la industria tabacalera proporciona a los agricultores semillas y otros materiales necesarios para cultivar tabaco, pero luego descuenta los costos de las ganancias, lo que hace que salir del cultivo del tabaco sea muy difícil.
Con el apoyo de aliados, se sensibilizará sobre la producción y oportunidades de mercado de las alternativas de cultivo para los productores de tabaco y los alentará a optar por cultivos sostenibles y nutritivos. Estos cultivos alimentarán a sus propias familias y a millones más, a escala mundial, los ayudarán a liberarse del círculo vicioso del cultivo de tabaco, plagado de deudas, y contribuirán a un medio ambiente más saludable en general. También se apoyará a los gobiernos en el desarrollo de políticas y estrategias adecuadas, y en la creación de condiciones de mercado que motiven a los agricultores que cultivan tabaco a sustituir por cultivos de alimentos.
Proteger la salud humana, cooperar para lograr un medio ambiente más sano y más sustentable es una forma de construcción de paz.
¡Por la Construcción de una Cultura de Paz!
manuelramos28@gmail.com