NO ES QUE sea sorpresa, pero sin duda resulta interesante que el senador Germán Martínez finalmente reconoció públicamente que sí le gustaría ser Presidente. Él mismo reconoce que al no tener partido, no tiene vehículo para llegar a las elecciones, por lo que su única oportunidad sería ser postulado por la coalición PAN-PRI-PRD o por Movimiento Ciudadano.

EN EL CASO del partido naranja, se ve harto difícil que Dante Delgado quiera soltar su juguete para que otro lo juegue. Y por el lado de la alianza multicolor (verde, blanco, rojo, azul, amarillo y negro) paradójicamente es donde más posibilidades se le ven, principalmente porque a un año de las elecciones nomás no tienen una candidata o candidato claramente perfilados. Porque no es lo mismo apuntados que palomeados.

AHORA sólo falta ver si Germán Martínez pasa de los dichos a los hechos y se pone a construir un acuerdo político plural que logre postularlo. Porque si pretende que la candidatura le caiga del cielo, pásenle un banquito porque se va a quedar esperando.

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EL MORENISTA Martí Batres dejó el Senado con la esperanza de ser el candidato de Morena a la Jefatura de Gobierno capitalino. Hoy, sin embargo, está más que claro que Claudia Sheinbaum no lo tiene contemplado como su sucesor. Ante esto, la pregunta inevitable es: ¿para dónde irá el polémico secretario de Gobierno?

DENTRO de su propio equipo, obviamente, esperan quedarse al frente de la ciudad cuando se vaya de candidata su jefa y luego irse con ella al gobierno federal el próximo año. Sin embargo, las malas lenguas dicen que podría ser el sacrificado para ir a buscar la alcaldía Benito Juárez, el último gran bastión panista en la CDMX. La obsesión de Sheinbaum por debilitar al PAN en esa demarcación ha llegado al grado de usar a la Fiscalía capitalina como principal arma de campaña electoral.

SIN EMBARGO, pese al intenso golpeteo en contra de los panistas (que tampoco son blancas palomitas), hoy por hoy Morena sigue estando muy lejos de poder ganar esa alcaldía. Dado que su ego es más grande que su currículum, se ve difícil que Martí Batres acepte jugársela en una posición en la que, evidentemente, podría salir derrotado.

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COMPARAR a Andrés Manuel López Obrador con Hugo Chávez ha sido una especie de tabú en el sexenio, inclusive entre sus detractores. Pero el mandatario mexicano insiste en parecerse al venezolano.

POR INCREÍBLE que parezca, en estos días a AMLO le ha dado por atacar a los organismos que defienden ¡los derechos humanos! Ha llegado al extremo de descalificar, por ejemplo, hasta al Centro Miguel Agustín Pro, que tiene más de 35 años de historia, lucha y dignidad. Y justamente, Hugo Chávez en su mandato expulsó a Human Rights Watch, acosó a los organismos civiles de derechos humanos diciendo que buscaban el caos y hasta los acusó de traición por recibir financiamiento del extranjero. ¿Les suena conocido?

 

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