MÁS ALLÁ de decidir quién los gobernará los próximos seis años, los votos que los electores del Edomex emitirán hoy podrían tener fuertes implicaciones para las elecciones del 2024.
ESA ENTIDAD tiene el padrón más grande del país con más de 12 millones de votos, por lo que ganar el Edomex puede ser la llave de la Puerta Mariana de Palacio Nacional.
Y NO sólo eso, pues sus 40 distritos electorales federales también podrían ser claves para definir si el partido o alianza con más curules en la Cámara de Diputados para el trienio 2024-2027 tendrá mayoría relativa, absoluta o calificada.
ES DECIR: si deberán negociar con otras fracciones para aprobar leyes y el presupuesto; si podrán controlar ambos sin ceder nada, pero sin la posibilidad de cambiar la Constitución sin el consenso de otros partidos, o si de plano tendrán el poder de hacer reformas constitucionales por sí mismos.
DE AHÍ QUE, una vez asimilado y procesado cualquiera que sea el resultado de hoy, los partidos y alianzas tendrán que revisar a detalle los datos distrito por distrito para ir planteando sus estrategias para la batalla electoral que viene.
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FUERTE se sintió en la sede nacional del PAN el microsismo provocado por 15 exgobernadores de ese partido agrupados bajo el nombre “Unidos por México”.
EN UNA CARTA firmada, entre otros, por el expresidente Vicente Fox y otros blanquiazules, como Francisco Barrio, Ernesto Ruffo, Carlos Medina Plascencia y Fernando Canales le metieron presión a su dirigente, Marko Cortés.
LE PIDEN dejar sin efecto los acuerdos para la selección del candidato presidencial de la alianza Va por México que incluyen la obligación de presentar un millón de firmas, entre otros requisitos.
Y, SOBRE todo, abrir la decisión sobre el método y proceso de elección a organizaciones sociales y ciudadanos para que no quede todo en un acuerdo cupular de partidos. A ver si les hace caso.
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UNA BUENA: la Secretaría de Comunicaciones a cargo de Jorge Nuño al fin terminó el trámite ante las autoridades estadounidenses para recuperar la Categoría 1 en aviación.
UNA MALA: que después de tardarse casi dos años en hacer los ajustes aún faltan al menos dos semanas más de espera para conocer la decisión de la FAA.
UNA PEOR: que con la crisis de las aerolíneas nacionales, la irrupción del Ejército en el mercado a través de su propia línea aérea, el desorden en los aeropuertos, la negativa a renovar concesiones -como en el caso del Aeropuerto del Norte- y las reformas legales sobre el espacio aéreo, no hay garantía de que la categoría se recupere.