La reunión fue a puerta cerrada, pero varios de los asistentes compartieron detalles de lo que sucedió. El gabinete de Seguridad de López Obrador compareció ante el un grupo de diputados y senadores. Se supone que fueron a rendir cuentas, pero su actitud no pudo haber sido más lejana a ese espíritu: llegaron, hablaron y se fueron con la arrogancia característica del obradorato.
Como si no estuviera de visita en la sede de un Poder distinto, la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, decidía quién podía hablar y quién no. “No ha lugar”, atajó con displicencia cuando le preguntaron al secretario de la Defensa, general Luis Cresencio Sandoval, sobre el escándalo de su departamento en Huixquilucan y las repetidas denuncias de que el Ejército espía activistas, periodistas, defensores de derechos humanos e incluso funcionarios del gobierno con quienes no lleva una buena relación. El cuestionamiento quedó en la impunidad…. como el general, su fortuna y sus prácticas.
Cuentan que otro momento tenso se vivió cuando el senador Emilio Álvarez Icaza cuestionó al secretario de Marina, almirante Rafael Ojeda, sobre lo que acababa de suceder en Guasave, Sinaloa: dos jóvenes aparecieron muertos y lo último que pudieron expresar por mensaje de celular a sus familias es que unos marinos los habían detenido. No fuimos nosotros, dijo el almirante y quiso zanjar así el asunto. Las familias dicen lo contrario, reviró el senador. Pues no fuimos nosotros, reiteró el almirante. ¿Por qué no recibe a los familiares a tomar un café?, propuso el senador. “No tengo por qué tomarme un café”, contestó el almirante. Ese fue el tono.
Lo demás fue la danza de las cifras. Las que se usan en la mañanera para decir que la estrategia de seguridad está funcionando, pero evadir comentar que este sexenio ya es oficialmente el que más asesinatos tiene en la historia. Y eso por hablar de las cifras oficiales, porque existe una creciente denuncia que hacen especialistas en el análisis de los datos de seguridad en el sentido de que el gobierno federal y los gobiernos estatales están maquillando las cifras. Es un escándalo que sólo va a crecer.
Saciamorbos
1.- Cuentan que Ricardo Monreal ya se sincera en las reuniones: yo soy el coordinador, pero en realidad solo valgo un voto; ya no puedo comprometer el voto de mi bancada, esos los tienen Adán y Claudia.
2.- Cancelan las Normas Oficiales de salud. El presidente se enfunda en la bandera y dice que esas Normas fueron creadas por las poderosas farmacéuticas para hacer dinero. Es exactamente el mismo argumento que usaron al inicio del sexenio para dejar de comprar medicamentos a los laboratorios… y dejaron al país sin medicinas, en una crisis que aún no se supera. A ver cuáles son las consecuencias de desaparecer estas Normas. Yo sigo convencido: este gobierno ha hecho muchas cosas mal, ninguna tan mal como el manejo de la salud de los mexicanos.
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