En México no hay más masacres. En México el Estado ha dejado de ser el principal violador de los derechos humanos”. 

Andrés Manuel López Obrador, 22 de marzo de 2023

 

El 1ro de septiembre de 2020, en su segundo informe de gobierno (el oficial), el presidente López Obrador afirmó que en su administración “ya no hay torturas, desapariciones, ni masacres, y se castiga al culpable, sea quien sea”. Días después, el 18 de septiembre, Reforma publicó en primera plana: “Suma México 45 masacres”. Se registró entonces uno de los momentos más penosos del actual régimen; el primer mandatario mandó poner la portada del periódico en la pantalla de la mañanera y se burló: “Ahí están las masacres, jejejé”. Su mismo equipo de comunicación se sintió incómodo y omitió la risa de la transcripción. El video, sin embargo, ha seguido circulando en redes sociales.

Por lo menos ahora el presidente ha aceptado la última masacre. Después de que Univisión difundió un video del asesinato de cinco hombres por militares en Nuevo Laredo, AMLO reconoció ayer lo innegable: “Al parecer sí hubo un ajusticiamiento y eso no se puede permitir. Nosotros no somos iguales a los anteriores gobiernos. Entonces, cuando hay un abuso, cuando hay un exceso, cuando se violan derechos, tiene que castigarse a los responsables”.

El video muestra no solo la matanza de civiles por militares, sino cómo estos disparan al aire, para pretender que hubo un enfrentamiento, y colocan armas en las manos de los cadáveres. Buscaron ocultar lo sucedido, solo que esta vez una cámara de seguridad grabó todo.

Aunque el presidente siempre insiste en que “Nosotros no somos iguales” cuando habla de hechos en su gobierno que son exactamente iguales a los del pasado, en este caso el video difundido no deja lugar a dudas de la masacre y del intento de los militares por disfrazarla. No todos los rincones del país, sin embargo, tienen cámaras que permitan conocer lo que sucede. No sabemos cuántos otros “enfrentamientos” han sido realmente masacres.

El video muestra lo que parece el fin de una persecución. La camioneta de los perseguidos se estrella contra un muro y los ocupantes son bajados y ejecutados por los militares. No sabemos lo que haya ocurrido antes; quizá hubo un enfrentamiento, tal vez los militares tenían alguna razón para estar tan enfurecidos que asesinaron a los detenidos; pero no hay duda del crimen que cometieron.

Usar a soldados para labores de seguridad pública no elimina los abusos de derechos humanos. Los soldados, guardias nacionales o policías, quienesquiera que tengan la responsabilidad de efectuar labores de patrullaje o de combate al crimen organizado, deben tener un adiestramiento que les permita saber cómo defenderse de agresiones sin asesinar a nadie.

La matanza reconocida ayer no es la primera comprobada, ni siquiera en Nuevo Laredo. El 26 de febrero de este año se registró, en la misma ciudad de Tamaulipas, el asesinato por militares de cinco jóvenes que salían de una fiesta. Estos nada tenían que ver con el crimen organizado, ni estaban armados, pero los soldados explicaron que escucharon un estruendo y por eso dispararon. Así de simple.

Los policías, o los soldados con labores de policía, deben tener un adiestramiento que les permita saber cómo reaccionar ante situaciones de peligro. Su trabajo no es matar “enemigos”, sino impedir delitos. Deben aplicar las reglas de la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza y respetar los derechos humanos. El problema no se resuelve declarando que “No somos iguales”, sobre todo cuando se emplean las mismas tácticas de siempre para masacrar a inocentes. 

 

Ayuda a Türkiye

 

Como otros miles, Pamela Cerdeira donó ayuda a los damnificados de los terremotos de Türkiye (antes Turquía) al centro de acopio del gobierno de la Ciudad de México, solo que les puso localizadores. Los objetos nunca llegaron a Türkiye. Unos rollos de papel higiénico terminaron en un mercado de Tacuba, un paquete de arroz en el banco de alimentos de un diputado. 

 

www.sergiosarmiento.com

 

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