QUIENES saben cómo se mueven las cosas al interior de la fracción de Morena en el Senado cuentan que quien va ganando la carrera para quedarse al frente de ese grupo parlamentario es el mexiquense Higinio Martínez, quien está de licencia temporal pero cerca de regresar a su escaño.
CON TODO y que Ricardo Monreal quiere dejar en su lugar a Eduardo Ramírez, dicen que se ha visto en la necesidad de negociar con los senadores que apoyan a Marcelo Ebrard y Adán Augusto López para cerrarle el paso a César Cravioto, cuadro que responde a los intereses de Claudia Sheinbaum.
DE AHÍ que Martínez, quien forma parte de su propio grupo junto con la próxima gobernadora mexiquense, Delfina Gómez, y Horacio Duarte, surge como una opción “neutral” para que la coordinación no quede en manos de alguna corcholata justo cuando arranca el proceso para definir la candidatura presidencial.
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SI LA ALMOHADA o su interlocutor no lo hacen cambiar de opinión, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, llegará a la reunión de hoy con Dante Delgado con una postura muy clara.
DICEN los enterados que su reunión con el jefe nacional de Movimiento Ciudadano es para descartarse como aspirante presidencial en 2024.
EN UNA POSICIÓN similar estarían el gobernador de Nuevo León, Samuel García, y el alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, ya que los tres traerían la mira puesta en los comicios, pero de 2030.
ASÍ PUES, dejarían la cancha libre para que la dirigencia nacional emecista elija a su abanderado presidencial, puesto para el que ya suenan la senadora Patricia Mercado y el propio Dante Delgado.
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CON EL OJO cuadrado se quedaron en la Suprema Corte ante el despliegue jurídico, mediático y político de la ministra Yasmín Esquivel para tratar de darle carpetazo al tema del plagio de su tesis de licenciatura.
EN CUANTO su equipo de abogados presentó el fallo de una juez sobre el asunto, se multiplicaron “mágicamente” los espacios otorgados a esa información en medios y redes sociales.
Y SI ALGUIEN dudaba de que lo del jueves se trató de una operación concertada para tratar de quitarle el parche de pirata a la imagen de la ministra, nomás hay que ver la cargada de gobernadores de la 4T que salieron a felicitarla por haber “limpiado” su buen nombre.
NO ES por ser aguafiestas pero el asunto está lejos de terminar y la UNAM tendrá la última palabra… Eso sí, cuando se lo permita la serie de chicanadas legales y amparos promovidos por Esquivel para evitar que la universidad dé a conocer su dictamen que, por cierto, ya está listo.