Ya vimos a la verdadera Claudia Sheinbaum, la de la piel delgadita, la que no aguanta la mínima confrontación o crítica. ¿A quién se parece?
Delgado, huesudo, agresivo, pero, sobre todo, acusador. Así era el dedo enhiesto de Claudia Sheinbaum, en la cara del gobernador de Sonora y ahora presidente del Consejo General de Morena. “Me recibieron con gritos, entonces ya me cansé. Ya me cansé. Que nada más no griten. Yo llegué y me reciben con gritos… y cuando llego me respetan”, decía con una expresión muy dura en el rostro. Su molestia era más que evidente. He allí la verdadera Claudia, la de la piel muy delgadita, la que no aguanta la mínima confrontación y menos la crítica. ¿A quién se parece? A su jefe, cuyo dedo elector la señalará como la buena. No es una cuestión de género, es un asunto que debe preocuparnos, porque no hay duda que Claudia ya enseñó el cobre… Todo parece indicar que tiene un carácter muy disparejo, ya lo habíamos notado, incluso escrito, en este mismo espacio, pero el video que se hizo viral, donde la ex jefa de Gobierno le reclama a Durazo, por lo gritos con que la recibieron, nos lo confirma. Esos exabruptos de Sheinbaum, y esa falta de control, han de haber asustado a su novio, Jesús María Tarriba, que por cierto ya no ha aparecido, ni se ha pronunciado respecto a la boda.
Para entender mejor el comportamiento tan extraño que tuvo Claudia al confrontar a Durazo, para la grafóloga y experta en lenguaje corporal, Maryfer Centeno: la postura que adoptó y mirada de furia más el dedo índice de la mano derecha, demostraba que sus chicharrones truenan, y que no debía por ningún motivo repetirse un episodio semejante. Para la experta, “se nota a leguas que está enojada”. Más adelante Centeno hace hincapié en otro detalle en un gesto importante: su mano izquierda, cerrada en forma de puño y apoyada sobre la mesa, típica actitud de alguien que le cuesta contener su coraje, su berrinche y su reclamo. En otras palabras, a Claudia no la calentaba ni el sol.
Tres días después de este desencuentro, Sheinbaum graba un video en donde le declara su respeto y su afecto a Alfonso Durazo, se veía tan forzada e hipócrita. Siempre recurriendo a esa falsa sonrisita. Pero en este video jamás aceptó su error y menos ofreció disculpas. Esa es la verdadera Claudia: soberbia, intolerante y, a veces, hasta grosera. Ya enseñó el cobre. Repetimos, no se trata de señalar su lado débil por el solo hecho de ser mujer. En varias ocasiones lo hemos hecho hablando de Marcelo, su principal contrincante. Hay que decir que a Claudia ya se le subió y apenas estamos en los primeros días de la campaña. Imagínense cómo será si el voto la favorece para la Presidencia. He de confesar con todo respeto que Sheinbaum nunca me ha convencido, ni como jefa de Gobierno, ni ahora como candidata tan enojona. Nunca la he sentido solidaria con las mujeres. En los hechos, nunca lo manifestó en sus años de gobierno de la Ciudad de México. No es empática ni simpática. Repite lo que López Obrador dice en las mañaneras. Se sintió muy “machita” con Durazo, pero con el mandatario es una verdadera sedita, sonriente, amable y muy linda. ¿Por qué entonces no preocuparnos cuando asegura que, si llega a la Presidencia, ella implantará en su gobierno su propio estilo? ¿A qué estilo se refiere? ¿Al que demostró con Durazo? No, no fue anecdótico lo que sucedió como asegura el agredido, fue real, fue una muestra fehaciente de lo que nos espera.
Por otro lado, me pregunto: ¿por qué si Claudia es la corcholata favorita del Presidente está efectivamente tan enojada? ¿Estará oyendo pasos (los de Marcelo) en la azotea? Es cierto que encabeza las encuestas, pero todavía falta gran trecho por recorrer. Cualquier cosa puede suceder en una campaña tan inusual y tan extraña. ¿Estará enojada porque el presupuesto que le asignaron de 5 millones para su campaña le parece totalmente insuficiente?
Esperemos que su asistente de imagen y su psicólogo, si lo tiene, y si no lo tiene que lo consiga, la asesoren en cuanto a sus exabruptos. A lo mejor Claudia está durmiendo mal, por todos los pendientes que deja en la ciudad. Le sugerimos que tome cinco gotitas de clonazepam y que hable más seguido con su mamá, que es tan sabia, Annie Pardo, y está más que orgullosa de su hija.