Con un proceso burocrático y en mi opinión, dirigido a favorecer candidatos de los partidos, la “oposición” busca al más popular, no al más capaz, que es lo que le urge a México.

Hemos caído en la trampa, diría yo a nivel mundial, es así como seleccionamos como representantes y gobernantes no a los más capaces, hombres o mujeres, sino a los más populares, muchas veces antidemocráticos y muchas veces ineficaces y/o corruptos (así llegó Trump). Es así que la clase política que busca gobernar en el 2024, en lugar de propuestas que reflejen lo que posiblemente sería su gestión, expresan ocurrencias que llaman la atención para posicionarse o de plano dicen idioteces para volverse simpáticos y conocidos, tratando al elector, a la ciudadanía, como borregos manipulables, que dicho sea de paso, en muchos casos tristemente es lo que somos; me explico con un par de ejemplos que se pueden encontrar en Youtube: uno llamado: “Ni en los peores tiempos del PRI se vivía tanta corrupción…”, en el video se ve y escucha a Santiago Creel, candidato del PAN, hablando de la corrupción priísta contrastada con la corrupción en Morena, para luego tratar de corregir y reconocer que hoy son “sus aliados”, y justifica lo injustificable diciendo: “Pero ya se democratizaron”. En el segundo video, llamado: “Que alguien le explique qué es ser millonario…”, está en entrevista Marcelo Ebrard con Jorge Ramos, quién le pregunta si es millonario, Marcelo tartamudea y haciendo el ridículo el aspirante a gobernar, cuestiona, “¿Qué es ser millonario?”; después menciona que para vivir el gasta anualmente entre 2.5 y 3 millones de pesos, con lo que exhibe: 1.- Que gana más que el Presidente o que lo heredaron, que se sacó la lotería o que roba, y 2.- Que, en contra de la filosofía de la 4aT y de su jefe máximo, es un fifí aspiracionista que quiere gobernar como Pachá en un país en en el que existen 50 millones de pobres, país en donde el salario de un obrero ronda los $75 mil pesos al año, es decir, 40 veces menos que lo que anualmente gasta el exCanciller.

Hoy Santiago Creel lidera las encuestas en el PAN, en tanto Marcelo Ebrard es uno de los dos punteros en las encuestas de Morena; dicho con “palitos y bolitas”, el puntero opositor no sirve, pero es popular o conocido y el puntero oficialista tampoco sirve, aunque también sea muy popular y muy conocido, por lo que, dados los métodos de selección de candidatos, es más que probable que a partir del 2024, gane la oposición o gane el oficialismo, tendremos un presidente con un perfil muy limitado o de plano inadecuado, ya que los métodos de selección privilegian popularidad sobre capacidad, midiendo erróneamente la “competitividad para competir“ dado el conocimiento que el público tenga del candidato y no la capacidad para gobernar, que nada tiene que ver con simpatías o popularidad.

Dicho lo anterior, analicemos el tan cacareado método de selección opositor:

  1. Quiénes calificarán los resultados de la competencia de candidatos será un comité organizador formado por 7 ciudadanos y 6 representantes de partido. Pregunta inocente, ¿quién elige a los representantes ciudadanos?; los de los partidos, ya lo sabemos, juegan con dados cargados; ¿no me creen?, checa quién eligió en Va por México a los candidatos para Coahuila y EdoMex en las recientes elecciones a gobernador.
  2. Se deberán recolectar 150 mil firmas, es decir, te tienes que gastar varios millones de pesos y tener una estructura que permita realizar esa tarea en un mes, por lo que, si no eres ricachón o no tienes padrinos que te den financiamiento, a quienes luego les tendrás que pagar “los favores”, no puedes competir, aunque tengas el perfil ideal. En otras palabras, opino, no tendremos en el proceso de elección a los mejores mexicanos, tendremos a los que puedan pagar el proceso.
  3. Se realizarán foros y estudios de opinión pública para seleccionar a los tres que cuenten con mayor “respaldo social”. Vuelve la burra al trigo, no se seleccionan los mejores perfiles, se seleccionan los populares, conocidos, ocurrentes o simpáticos.
  4. Los tres perfiles finalistas participarán en cinco foros regionales y serán incluidos en nuevos estudios de opinión pública. En donde votarán u opinarán solo algunos ciudadanos. Bajo el pretexto de evitar la intromisión de Morena, la alianza opositora se reserva el derecho a admisión para opinar o votar por quien aspira a ser presidente de TODOS los mexicanos ¡De locos!
  5. Se presentará el nombre del candidato, que de forma tramposa y copiando las triquiñuelas de Morena, no se llamará candidato, se llamará: “Responsable nacional de la construcción del Frente Amplio por México”. Lo que garantiza que el próximo presidente de México, sea de la oposición o sea del oficialismo, será un tramposo. 

Como dato complementario está la renuncia a formar parte de este proceso, de Sergio Aguayo, analista político, periodista y líder social y ciudadano, con el argumento, que comparto, de que el proceso “ciudadano” de la oposición, está amañado y controlado por los líderes de los partidos políticos… ¡Así de sencillo!

Un saludo, una reflexión.

Santiago Heyser Beltrán

Escritor y soñador

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