Alrededor de 20 mil fieles seguidores de López Obrador, que se comportan literalmente como sus cruzados, se lanzarán en el 2024 a recorrer los pueblos de México para tratar de influir en las elecciones presidenciales. A esos cruzados se les conoce como los “servidores de la nación” y son tan valiosos para el actual régimen que hasta un diputado cuatroteísta ya presentó una iniciativa en el Congreso que busca que se declare el 1° de diciembre como Día del Servidor de la Nación.

López Obrador no será particularmente ducho en asuntos gubernamentales, pero de clientelismo electoral es un gran conocedor. El programa universal de ayuda a los adultos mayores será en las próximas elecciones su mayor arma para alcanzar el triunfo.

A primera vista no parecería que fuera un mecanismo electoral tan valioso, pues la población de los adultos mayores de 65 años o más no es, en términos relativos, muy numerosa. Pero lo que sucede es que las pensiones para los adultos mayores no solamente representan un beneficio para ellos, sino de manera indirecta para el resto de su familia. Cuando un “servidor de la nación” llegue el año que entra a un hogar para meter miedo si es que no se vota por Morena, muchas veces no solamente hablará con los adultos mayores, sino también con quienes cuidan de ellos y los llevan a votar.

Pero la historia no acaba allí, ojalá fuera así. Hay un segundo componente en ese programa que lo hace aún más valioso: el enorme presupuesto para financiarlo. En este año son 339 mil millones de pesos y el año que entra serán, especulamos, 435 mil millones, Esto último porque la transferencia bimestral será incrementada de $4,800 a $6,000 en el 2024, de acuerdo con una promesa de López Obrador. 

Hagamos ahora cuentas. Hace un mes la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, declaró que 11.4 millones de adultos mayores ya están recibiendo la pensión no contributiva. Bueno, si multiplicamos ese número por 4,800 y luego por 6 (bimestres), llegamos a una cifra del orden de 328 mil millones de pesos la cual se acerca, digámoslo así, al presupuesto mencionado con anterioridad.

Pero…, ¿cómo puede ser que, hoy, estén 11.4 millones de adultos mayores recibiendo ese dinero? De acuerdo con la última estimación del Banco Mundial, en el año 2021 había 10.3 millones de mexicanos con 65 años o más. No puede ser que en dos años haya habido un incremento de más de un millón de adultos mayores, además de que las muertes por Covid en el caso precisamente de ellos fueron del orden de 350 mil durante el periodo 2021-2022. Más aún, no todos los adultos mayores están en ese padrón de la secretaría del Bienestar. Yo no lo estoy y tampoco tres hermanos míos. ¿Cuántos mexicanos más están en ese caso?

Es urgente que antes de que se termine este año la oposición exija que se transparente ese padrón. Usando métodos estadísticos bien conocidos, el Inegi, u otro organismo autónomo, puede verificar si está inflado el padrón o no, una vez que tenga acceso a la base de datos.

Si no se logra pronto esa revisión, Morena tendría una enorme ventaja en las elecciones del 2024.

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