Con su invasión a Ucrania, Putin ha causado enorme sufrimiento. Los tiranos acaban siempre mal, y siguen sin aprender la lección de la Historia”.
Ser tirano es una vocación azarosa, si no nos creen, basta con preguntarles a Hussein o a Gaddafi… y ahora también a Vladimir Putin, el admirado amigo de la 4T, a cuyo Embajador en México -recordemos- lo recibieron con honores en la Cámara de Diputados, recién invadieron los rusos Ucrania. Colocándose así México, o sus legisladores de la 4T y sus amos en el Ejecutivo, sólidamente del lado del tirano invasor.
Putin, por su parte, vive hoy en la paranoia, tiene miedo (pavor, más bien) de que lo asesinen: tantos son sus enemigos.
Hubo reportes que dijeron que tan pronto supo de la rebelión del jefe del Grupo Wagner, un ejército de mercenarios a sueldo del Kremlin peleando por los rusos en Ucrania, Putin tomó su avión y huyó de Moscú, esto mientras las tropas de Yevgeny Prigozhin avanzaban hacia el Kremlin, habiendo tomado, sin un disparo y recibidos como héroes por la ciudadanía, la ciudad de Rostov-on-Don, nada menos que el centro de lanzamiento del ejército ruso hacia Ucrania. En pocas palabras, Prigozhin tuvo a Putin agarrado de las amígdalas durante unas 24 horas.
Primeramente Putin, antes de haber huido de Moscú, declaró traidor a Prigozhin y a sus tropas. Menos de 24 horas después, METIÓ REVERSA, levantó la acusación contra él y sus tropas, y puso a su TÍTERE, el Presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, a negociar con Prigozhin, su amigo de 20 años. Al final de la negociación, en la que obviamente hubo CONCESIONES considerables por parte de Putin, mismas que no se conocen, su avión regresó a Moscú y Prigozhin dio la orden de frenar la avanzada de sus mercenarios hacia la capital rusa.
Al anunciar su rebelión, Prigozhin realizó declaraciones muy fuertes contra el Kremlin, entre otras cosas, que la guerra contra Ucrania es “INJUSTA” y que el Secretario de Defensa ruso es un incompetente y corrupto, al tiempo que lo llamó “pedazo de excremento”, le exigía: “¿Dónde están nuestras municiones?”, acusándolo también de haber lanzado un bombardeo contra sus tropas. O sea, ¡rusos matando a rusos!
¡Hagan de cuenta que revivió Stalin! (otro “héroe” mexicano, pues aquí en la CDMX sus admiradores, entre ellos varios pintores mexicanos hoy favoritos de los capitalistas, conspiraron para asesinar a su rival y enemigo, León Trotsky, quien, huyendo de las purgas de Stalin, se refugió en México creyendo que estaría aquí seguro. Pero divagamos…).
Iniciamos el opus afirmando que un TIRANO usualmente acaba muy mal. El poder absoluto corrompe y con esta descomposición vienen grandes atropellos con consecuencias severas a corto, mediano y largo plazo. La única forma de estar seguros es no hacer enemigos ni causar resentimientos, cometiendo injusticias o ABUSOS.
La improvocada y caprichosa invasión a Ucrania por parte de PUTIN es uno de esos abusos extremos que arrastra un enorme costo humano, derramamiento de sangre e incalculable dolor. Putin no podrá escapar jamás ni del juicio de la historia ni de las consecuencias de sus actos barbáricos. Ha dejado a Rusia y Ucrania sembrados de viudas, huérfanos, padres que perdieron hijos, hombres que perdieron hermanos o hermanas: Putin tiene -y tendrá- el odio que hacia él sienten millones de ucranianos y de compatriotas por una guerra sin sentido, caprichosa, centrada en él y su necesidad de provocar violencia para consolidar su poder EFÍMERO.
Y es que, como los TIRANOS que lo antecedieron, Lenin y Stalin, algún día Putin morirá, si antes no lo asesina uno de sus miles de enemigos o cae víctima de un GOLPE, como el que estuvo a punto de propinarle Prigozhin.
La historia del mundo es casi exclusivamente una comprobación constante de que la tiranía, el ejercicio del poder por el poder mismo para IMPONER la voluntad de uno sobre muchos, siempre acaba mal. Por eso nos parece increíble que siga habiendo en este mundo tiranos, o aspirantes a tiranos, que no aprenden la lección. Ello, pese a que se dicen ser estudiosos de la Historia. La duda es qué Historia leen estos autócratas, pues no parecen haber aprendido nada de ella.
Ser humano es ser MORTAL: ningún tirano predomina eternamente, y cuando no estén, su epitafio lo escribirán no sus amigos, que son de mentiras, sino sus enemigos, que ésos sí son de a deveras.