Estos batracios gigantepitecus, que se dicen políticos hoy día, no se miden: por morderse la lengua con tanto cinismo deberían estar en el hospital recibiendo puntadas en ese órgano, o de perdido ir rumbo a él para detener la hemorragia por tanto mordérsela.
De veras que carecen en absoluto de progenitora al expresarse.
Para muestra un botón: Félix Salgado Macedonio, quien no pudo ser Gobernador de Guerrero por acusaciones de maltrato a mujeres, dijo este lunes, textual: “Es cobarde hablar mal de una mujer, uno debe de respetar a las mujeres”.
Mientras, su jefazo, el Emperador de Macuspana, quien quiso imponerlo como Gobernador de Guerrero, pero no pudo ante la indignación del sector femenino de su mismo partido, frenado por los abusos antifeministas de este señor (quien ya había sido Alcalde y Diputado) y a quien apodan “El Toro”, se surte a diario hablando mal de la Senadora Xóchitl Gálvez faltándole repetidamente al respeto, en lo que un JUEZ de Distrito calificó como un tipo de violencia de género, ordenándole que cesara toda hostilidad en su contra.
O sea que lo que pretenden cuates como Salgado Macedonio es que a las mujeres que militan en Morena “se les respete” no criticándolas, pero las que no, como Xóchitl Gálvez, son tiro libre y él o el Emperador Lopezuma las pueden insultar y denostar a su antojo, repetidamente, sin consecuencia alguna, pues además se sienten con el derecho de hacerlo.
Más aún: el Juez que ordenó al Presidente que cesara de aprovechar su investidura para agredir a un rival político, mujer ella, quedó AMENAZADO por el mandatario, quien lo presiona con denunciarlo ante el Consejo de la Judicatura en un obvio intento por censurarlo y callarlo.
O sea que el Señor Emperador Lopezuma se reserva el derecho de insultar y agredir a quien le pega la gana, pero NADIE puede decirle a él que RESPETE LA LEY, la Constitución, y se abstenga de aprovechar su investidura presidencial para realizar POLÍTICA PARTIDISTA.
En lo que son temas electorales le está PROHIBIDO al Señor de Macuspana, por el precepto de la legalidad a un Presidente en funciones, INTERVENIR en elecciones o campañas: es más, en cualquier tema partidista.
La razón para ello es que la Constitución considera que el Presidente lo es de TODOS los mexicanos, no sólo de quienes militan en su mismo partido; por ello debe mantenerse, con todo y su cargo, AJENO a las campañas, a las elecciones y a los temas partidistas.
Sin embargo, como les decíamos, estos Señores de Gran Cacicazgo no se sujetan a reglamento alguno o moral alguna: si alguien critica a una de sus mujeres, gritan ¡FOUL!
Pero al mismo tiempo, ellos SÍ AGREDEN Y CRITICAN a otras mujeres con las que no comulgan y pertenecen a otras agrupaciones políticas.
Y hasta se molestan cuando les llaman la atención por violar las leyes y faltarles al respeto a las DAMAS, sin urbanidad y civismo.
Cero consistencia, respeto e integridad: se comportan como máquinas antifeministas que miran con desdén a las mujeres.
Dijo el lunes Salgado Macedonio que quien habla mal de una mujer “es un cobarde”.
Nos gustaría preguntarle a “El Toro”: ¿esto aplica también para quien se ostenta como el “transformador” de México?
¿Es o no es cobarde que agreda y le impute FALSOS testimonios y mentiras a la Senadora Gálvez desde su investidura presidencial?
Ello -dicho sea de pasadita- cuando lo que debería estar haciendo es PACIFICAR al País: hacer que cesen los ataques tanto a civiles como a funcionarios, sus parientes e incluso a las POLICÍAS.
Su principal obligación como Presidente es gobernar y gobernar bien, esto es, “CUMPLIR Y HACER CUMPLIR LAS LEYES”.
Agredir a los rivales de sus corcholatas, a quienes reduce a la insignificancia con su protagónico papel que los deja en la oscuridad de la irrelevancia, no puede considerarse “gobernar”.
Él es quien hace “politiquería”, no el Juez, y mucho menos a quienes él ataca con inventos y falsedades que vienen de sus pasados rencores y resentimientos, los cuales -queda evidente- no ha podido superar a pesar del paso de los años y que le cayó del cielo la oportunidad que tanto buscaba, pero que ahora DESAPROVECHA lastimosamente, haciendo lo que no le toca, y sin hacer lo que SÍ LE TOCA.