Al echar un vistazo al periódico AM, se revela que solo en el día de ayer hubo cuatro asesinatos, dos acuchillados y varios robos. Sin embargo, esto ya es cotidiano; más bien, sería sorprendente que en algún momento los escalofriantes datos disminuyeran en lugar de seguir una incontrolable tendencia al alza. Durante el primer semestre del año, los homicidios dolosos y feminicidios ascendieron a 396 casos, comparados con los 308 casos del período anterior, lo que representa un aumento del 28.5%, según el Observatorio de León.
Durante la campaña, “Ale” prometió mano dura contra los delincuentes y cero impunidades. Sin embargo, los hechos contradicen estas afirmaciones: León está más inseguro que nunca. La sociedad exige una seguridad palpable, una policía profesional bien remunerada, dispuesta a servir y proteger al ciudadano con dedicación. Es decir, una fuerza policial que cuente con los últimos avances tecnológicos, individuos valientes y con valores, con vocación de servicio, habilidades policiacas, una sección de inteligencia, capacitación sólida, salud mental y física, y listos para enfrentar la lucha.
La inseguridad que actualmente está viviendo León no tiene referencia histórica. Los robos a comercios, casas habitación, vehículos, asaltos y todo tipo de agresiones y trapacerías han aumentado sensiblemente. A diario, los ciudadanos son violentados, ya no hallan cómo resguardarse; por todos lados se escucha de amigos y conocidos que han sido asaltados o violentados en sus pertenencias y personas: Los comerciantes del Centro ya no saben qué hacer con los delincuentes, los de la periferia, menos…
En León, en el ámbito social, la seguridad y la justicia han pasado a ser objeto de cuestionamientos y crítica constantes; lo anterior es lógico si recordamos que la seguridad pública es una de las exigencias más sentidas de la ciudadanía y necesita ser atendida, con prioridad, de manera eficiente y oportuna por los responsables de garantizarla, sin excusa ni pretexto.
Se podría afirmar que la inseguridad deslegitima cualquier otra acción que emprenda el gobierno, porque habiendo orden, paz y tranquilidad, las demás acciones son complementarias del bienestar de la población.
“Vamos a trabajar y me moriré en la raya y haré lo que se necesite para cambiar esta ciudad”: declaró la Alcaldesa. Es de aplaudir la valentía de “Ale” de estar dispuesta a morirse en la raya. Pero más allá de envolverse en la retórica e inmolarse, que no serviría de nada, lo que los leoneses demandan es seguridad. No se necesitan heroísmos pírricos, sino resultados tangibles.
En campaña, la opinión de brindar seguridad como una prioridad, fue avalada por todos los aspirantes a la alcaldía: “Ale” estaba consciente de que su principal desafío sería enfrentar la terrible inseguridad; por desgracia, en campaña, prometen, pero en el gobierno no se comprometen.
El nombre de Rudolph Giuliani es sinónimo de seguridad; el exalcalde de la Gran Manzana, conocido también como el alcalde de las “cero tolerancias”, logró convertir la urbe de hierro en una ciudad para todos. Dice Giuliani, “que es condición sine qua non, para lograr una ciudad segura, que el ciudadano confíe en sus autoridades y las respete, para que este se anime a denunciar y coadyuvar así con la policía”. Lo anterior, se gana teniendo un enorme respeto para con los ciudadanos, de parte de todas las autoridades del Gobierno, desde la Alcaldesa, hasta el cuerpo edilicio, todos los funcionarios y, desde luego, los policías.
Recientemente, el Gobernador hizo una dura advertencia a los presidentes municipales, en el sentido de que no deben de estar atenidos a que las Fuerzas de Seguridad Públicas del Estado les resuelvan sus problemas de inseguridad. Es un mensaje claro y alusivo para “Ale”… entre otros. Además, pidió que hagan su trabajo en capacitación y equipamiento de la policía. “Creer que la Policía Estatal acabará con la inseguridad es un error muy grave”. Por su parte, el Secretario de Seguridad estatal aseguró que: “No hay resultados de las policías municipales, no agarran ni a un borracho”. La Policía de León no está a la altura.
Desgraciadamente, los supuestos avances democráticos no han servido para arraigar en los políticos un sentido de responsabilidad, que implique compromiso auténtico del poder político con la sociedad. Y los leoneses están demandando seguridad.
Por la razón que sea, el Gobierno municipal no ha podido construir y consolidar una policía eficiente, con suficientes elementos, un nuevo modelo de organización que brinde mayor seguridad y confianza a los ciudadanos, como lo han hecho otras entidades que han enfrentado el problema con éxito.
León ha sido el cementerio político de muchos políticos. En la esfera pública, los castillos de arena pueden derrumbarse en un abrir y cerrar de ojos; así pueden acabar los elogiosos conceptos del prestigio personal y el futuro político de los que sueñan con encumbradas posiciones.
“Policías fuertes hacen municipios fuertes. Así que la seguridad se construye desde el municipio”: Gobernador Diego Sinhue Rodríguez
P.D: Este viernes hubo ocho asesinados en León.
LALC