Las cosas van a complicarse en Morena con una selección de candidato(a) incomprensible. Marcelo Ebrard entendió tarde que los dados estaban cargados a favor de Claudia Sheinbaum. Malú Micher, descompuesta, explica cómo le quitaron su derecho a participar siquiera en el conteo de votos, en la ratificación de la encuesta realizada por su partido.
No sabemos lo que vendrá en los próximos días con un partido oficial dividido, enfrentado. Lo que sí podemos esperar es una reconciliación nacional gracias al Frente Amplio por México. Cuando vemos los tres símbolos: PAN, PRD y PRD juntos, unidos por una ciudadana ejemplar, sabemos que hay esperanza. Entonces comprendemos que es tiempo de encuentro de ciudadanos.
En Guanajuato, la oportunidad de que el PAN vuelva a sus raíces se ve fortalecida por la enjundia y el liderazgo de Xóchitl Gálvez. Tendremos dos candidatas, una para la presidencia y otra para la gubernatura. Escenario inédito donde la llamada “barrera de cristal” quedará enterrada en el pasado.
El entusiasmo que despierta la coordinadora del Frente Amplio crea olas de esperanza. Las posibilidades de que Xóchitl llegue a la presidencia avanzan día con día. Tan sólo escuchar la frescura de sus palabras, las indómitas y claras respuestas ante las agresiones de Palacio, devuelven la vitalidad a una contienda que parecía decidida en favor de Claudia.
Para el PAN en Guanajuato representa una oportunidad de renovación, de reflexión y cambio. Una lección para abrir las puertas a la ciudadanía y deshacerse de la endogamia de los últimos años. Porque el nutriente del futuro es la participación, la apertura y la transparencia.
Una idea sencilla de Xóchitl puede marcar una transformación real del país: la contabilidad abierta del gobierno, las cuentas claras publicadas de todos los organismos. Algo que comenzó con las leyes de transparencia de Vicente Fox puede cambiar todo, incluso la política local.
Imaginemos por un momento que las promesas de Xóchitl se convierten en realidad. Nada que no sea de absoluta seguridad nacional estaría al alcance de todos. Gastos, contratos, recaudación, declaraciones patrimoniales de funcionarios y licitaciones. Si todos quienes acompañan su esfuerzo y diseñan el nuevo proyecto nacional siguen su sencilla filosofía de apertura y rendición de cuentas, México iniciará una época democrática como nunca la habíamos soñado.
El PAN puede seguir ese ejemplo en Guanajuato y convertirse en el partido modelo nacional. Siempre lo esperábamos así: abierto, plural, libertario y moderno, con líderes que representen sus valores y compromisos.
Vicente Fox fue el catalizador del cambio democrático en el país; Xóchitl puede ser la constructora y líder que complete lo que quedó trunco. Son ideas que pudieran parecer complejas pero no lo son.
La esperanza camina al parejo de una líder. Su fuerza puede ser la mejor invitación a los partidos y ciudadanos al cambio real. Jóvenes como Luis Donaldo Colosio lo entienden: es muy importante conservar la unidad de la oposición porque de ello depende nuestro futuro.
Desde fuera podemos sugerir a los líderes de Acción Nacional que aprovechen ese viento a favor, esa oportunidad de convertir a Guanajuato, una vez más, en la tierra de mujeres y hombres que enarbolan la libertad. Del ocaso podemos pasar a un nuevo amanecer. Lo extraordinario y relevante es que puede ser a través del liderazgo femenino.
El momento de Guanajuato puede volver si cavamos hondo en los valores de un partido en evolución. Dijimos que un huracán llamado Vicente Fox cambió a México, ahora podemos decir que un torbellino llamado Xóchitl dará cauce nuevo a las aspiraciones de una mayoría ciudadana.