Por sus frutos los conoceréis.
Mateo, 7 (16-20)
Mientras construimos una refinería al son de 18 mil millones de dólares de costo, en todos los centros de diseño, de investigación y desarrollo las armadoras de autos planean la electrificación de sus productos.
La revolución generada por Elon Musk avanza imparable con él, encendiendo la creatividad y competitividad en todo el mundo. Hay una guerra sorda que hizo bajar los precios y ahora se puede comprar un auto básico en menos de 500 mil pesos con rangos de hasta 400 kilómetros.
Flotillas de reparto encuentran rentable el cambio y empresas como Bimbo pronto tendrán sólo distribuciones locales con camionetas eléctricas. En los países donde la gasolina cuesta más de 2 dólares el litro, los taxis encuentran mejor rentabilidad en sus operaciones. Tesla, BYD y Kya, son los más populares.
China, país que ha caído en deflación, toca la puerta en México con algunos modelos E. Pronto será una invasión y las marcas norteamericanas (incluido Tesla), japonesas y europeas tendrán que apretar sus precios para competir. Hoy los Tesla tienen precios muy comparables a los sedanes europeos a gasolina.
Por lo pronto el crecimiento de los modelos híbridos y “plug in”, disminuyen la demanda de gasolina. Ningún fabricante está pensando cómo optimizar motores de combustión interna, -porque han logrado mucho-, sino cómo acelerar la transformación eléctrica.
La Agencia Internacional de Energía (IEA) difundió esta semana que estima que la caída del consumo de petróleo comience antes del 2030: “Estamos en el principio del fin de la era de la energía fósil”. La OPEC, chilló diciendo que eran mentiras, pero la verdad es que ese punto de inflexión llegará aún antes si el desarrollo de baterías económicas también se acelera para guardar luz solar y el viento.
Poco a poco las refinerías más viejas dejarán de trabajar, como ya debieron haberlo hecho algunas de Pemex. Solo las más modernas y automatizadas sobrevivirán algunos años antes del colapso. Dos Bocas, la ocurrencia más costosa del sexenio, solo dará frutos cinco o seis años y Pemex jamás llegará a recuperar la inversión como sí lo hizo con Deer Park, que le costó una décima parte de capacidad de refinación.
VW, el segundo fabricante de autos en el mundo está en crisis porque simplemente no puede competir con los chinos en China, donde tiene uno de sus mayores mercados. Alguna vez comentamos que el director de esa empresa desechó la idea de los coches eléctricos apenas hace 11 años.
Hasta las motocicletas de trabajo irán perdiendo sus cilindros por la cantidad de mantenimiento que requieren. Una eléctrica sólo costará una tercera parte en su operación porque no tiene bujías ni aceite.
La nueva biografía de Musk tiene dos ángulos: el empresarial, con el que nos podemos quedar y el de revista del corazón, donde Walter Isaacson encuentra una veta inagotable de anécdotas sobre la controvertida personalidad e historia de quien cambió varias industrias y en el intento se convirtió en el hombre más rico del mundo.
Leerlo será una materia obligada para cualquier joven que quiera emprender o que tenga una idea gigantesca y descabellada como hacer una misión para colonizar Marte. Después de leer la historia de SpaceX, Tesla, X, Starlink, The Boring Company, Neuralink, X.AI y lo que venga, sabemos que hay un renacentista espacial en el Siglo XXI, que tiene muchos detractores pero muchas veces más admiradores.
De todas las biografías de Walter Isaacson, ninguna tiene el drama y la tensión de la de Musk, por la sencilla razón de que Musk es un personaje dramático, con algún grado de autismo y una determinación inigualable. Un libro de 5 estrellas.
Gsz