“¿No se quieren llevar mi bicicleta al corralón?”.
Xóchitl Gálvez
Víctor Hugo Romo, el exalcalde de Miguel Hidalgo, ha encabezado la nueva andanada de la Cuarta Transformación contra Xóchitl Gálvez. Dijo en un video: “Móchitl Gálvez autorizó, dio los permisos, autorizaciones de construcción” de la casa de Gálvez y del desarrollo inmobiliario en que se encuentra. “Toleró que fuera chueca, la compró con un descuentazo, o sea, fue gracias al moche. Esto se llama tráfico de influencias”. Un artículo periodístico previo señaló que la obra no cuenta con notificación de terminación de obra y autorización de uso y ocupación. Morena, el partido del gobierno, exigió “que se clausure de inmediato el lugar y en caso de proceder una demolición por irregularidades en la ejecución se debe de ejecutar”.
Xóchitl afirma que está siendo sometida a una persecución política: “Trataron de destruir mis orígenes, mis empresas, a mis clientes y, ahora, ¡mi casa!”. El actual alcalde de Miguel Hidalgo, el panista Mauricio Tabe, ha dicho que la casa y el desarrollo inmobiliario en la colonia Reforma Social se construyeron cuando el propio Romo era alcalde de la demarcación. En todo caso, sin embargo, le correspondería al director responsable de obra, el DRO, presentar el anuncio de terminación de obra y a la empresa constructora obtener la autorización de uso y ocupación. No son responsabilidades de una compradora. La idea, sin embargo, no es denunciar a una empresa que pudo haber sido omisa, sino denigrar a Xóchitl.
Romo está buscando quedar bien con el presidente, una actitud muy usual en esta Cuarta Transformación. Sin embargo, aunque López Obrador ha atacado constantemente a Gálvez, se da cuenta de que pedir la demolición de la casa de la virtual candidata de la oposición es ir demasiado lejos. Por eso ayer afirmó en la mañanera: “Ni quemar libros, ni utilizar la picota ni el marro para destruir nada. Vernos como adversarios a vencer, no como enemigos a destruir. No debe de haber campañas de linchamiento, porque nosotros padecimos eso”.
Todavía un día antes el presidente presentó en su mañanera un viejo video de Xóchitl golpeando con un palo una piñata del PRI, partido que actualmente respalda su candidatura en el Frente Amplio por México. Contrastó esta acción de la candidata con lo que él consideró como su propia “autoridad moral” y “congruencia”. Añadió con autosuficiencia: “Sin autoridad moral no se puede gobernar un país tan importante, con gente tan buena y creativa como el pueblo de México”.
Con la presentación del video de la piñata el presidente violó una vez más la ley al intervenir de manera indebida en el proceso electoral de 2024. Las autoridades electorales lo han apercibido ya en varias ocasiones, pero es claro que poco o nada le interesa respetar una ley que él mismo promovió después de que se quejó de lo que consideró una interferencia indebida de Vicente Fox en las elecciones de 2006. AMLO ha descalificado una y otra vez a Xóchitl, a quien ha llamado “la señora X” y la innombrable, de quien ha dicho fue seleccionada como candidata del Frente Amplio por México en una “comedia” y una “farsa”. El presidente, además, ha revelado información fiscal confidencial de la senadora y ha utilizado sus conferencias de prensa para atacarla constantemente.
Por lo menos el presidente no está avalando la posición de Morena de confiscar la casa de Xóchitl y demolerla. Supongo que no quiere que se le compare con el dictador Daniel Ortega de Nicaragua, quien ha confiscado las casas de sus críticos, aunque no para demolerlas sino para apropiárselas.
Preso político
Tres veces ha sido detenido por la Fiscalía de la Ciudad de México y tres veces jueces federales le han concedido amparos. En la noche de este 13 de septiembre, cuando debía ser liberado por tercera vez, el fiscal Uriel Carmona de Morelos fue detenido nuevamente, pese a su fuero, ahora por órdenes de un juez de su propio estado. El fiscal está siendo objeto de una abierta persecución política de la Cuarta Transformación.
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Gsz