El presidente López Obrador anunció en 2018 que fijaría su residencia oficial en Palacio Nacional. Empezó muy moderado diciendo que sólo necesitaba un espacio pequeño para poner un catre o colgar una hamaca y aseguró que cuando se mudara a Palacio Nacional, éste seguiría siendo un espacio público.

Hoy, el ingreso se encuentra muy limitado y restringido manteniendo cerradas áreas completas que antes los visitantes podían disfrutar. Los dueños de este Palacio somos nosotros, las y los mexicanos, y no podemos entrar a los históricos recintos llenos de testimonios del gobierno constitucional que ha prevalecido en México, ni admirar los bellos murales. Hemos sido despojados de un edificio emblema de nuestra historia. López Obrador califica como un honor vivir en este Palacio, honor que él mismo se otorgó con su investidura presidencial que confunde con la de un monarca. AMLO ha expresado que fue la residencia de Benito Juárez a quien él considera el mejor presidente de México. Tal vez espera se le contagie algo de Juárez para tener la misma trascendencia.

A cambio nos cedió Los Pinos, que era anteriormente la Residencia Oficial del presidente de los Estados Unidos Mexicanos desde 1934 hasta el 30 de noviembre de 2018. Hoy se encuentra convertido en un Complejo Cultural, espacio para exhibiciones donde se puede disfrutar de la cultura y el arte, así como también pasear y recrearse en sus jardines. Este lugar representa una parte de la historia reciente, pero Palacio está lleno de la historia de México.

Así también, el presidente no sólo se ha adueñado de Palacio Nacional el cual considera su domicilio privado, sino de la ceremonia del Grito de Independencia, la cual considera su fiesta particular. Así las cosas, decidió no invitar a quienes no coinciden con él y desairó a representantes del Poder Legislativo y del Poder Judicial alegando que con éste lleva mala relación. Lo curioso es que, en la proclama de la ceremonia, AMLO gritara ¡Viva la fraternidad universal! Utilizando un enunciado que denota unión y que contradictoriamente no cumplió. Así también gritó ¡Viva la democracia! Pero se comporta como un tirano autoritario que no incluye al Poder Legislativo que nos representa.

La ceremonia del Grito se ha “morenizado” en este sexenio ya que lo utiliza para gritar sus frases de siempre y arengas de alabanza aprovechando propaganda política. Cada vez son más los alcaldes y gobernadores morenistas que se unen al mandatario nacional en este tenor gritando expresiones propias de este gobierno como fue el caso de la gobernadora de Colima: “Viva la gente que ama a su prójimo, vivan las mujeres de Colima, viva la igualdad, viva la esperanza” o bien el gobernador de Oaxaca, quien vitoreó a AMLO, y la gobernadora de Guerrero exaltando la Cuarta Transformación. Así, el protocolo que ha limitado a través de los años los “Vivas” a los héroes que nos dieron patria y libertad, fue evidentemente ignorado.

acentodemujer@hotmail.com 

 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *