UNA ALCALDESA michoacana está secuestrada desde el sábado en Zapopan, por el crimen organizado. El Cártel de Sinaloa desfila con vehículos blindados y armas largas, triunfante, por un camino de ¡38 kilómetros! en Chiapas, sin que nadie lo moleste. En Guerrero, un coronel que se desempeñaba como fiscal y un delegado de la FGR fueron ejecutados, también por narcotraficantes. Jalisco convertido en la tierra de los desaparecidos. La población civil sometida al terror en Michoacán. ¿Quién manda en México? Definitivamente no es el gobierno federal y las pruebas están a la vista.
LLAMA la atención que mientras ambas fronteras de México están desbordadas por oleadas de migrantes, el Presidente se pasea por las obras del aeropuerto de Tulum. ¿Y la secretaria de Gobernación? Luisa María Alcalde no parece interesada -ni enterada- de la crisis de gobernabilidad que se vive en varias entidades. Resulta escandaloso el silencio de la responsable de la política interior ante el desastre que arrastra Rutilio Escandón en Chiapas.
SOBRE TODO porque Alcalde se ha mostrado muy enjundiosa en otros temas, como cuando se trata de criticar al Poder Judicial. Pero de los desplantes del narco en suelo chiapaneco, la funcionaria no dice ni pío.
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POR CIERTO que el director del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, ha estado muy ocupado, pero no por la crisis de migrantes, sino tratando de librarse de ir a la cárcel.
HACE APENAS unos días, un juez rechazó la propuesta del funcionario para “reparar el daño” por la tragedia en el centro migratorio de Ciudad Juárez, donde murieron 40 personas y 27 resultaron lesionadas. La oferta de Garduño fue una burla para las víctimas, pues ofreció únicamente reparar el inmueble afectado. De ahí que en el juzgado lo batearon y le exigieron lo que debería ser obvio: pensar primero en las personas afectadas.
A LO MEJOR por andar en esas diligencias fue que el titular del INM no le avisó a su jefe, el Presidente, que va a empezar a hacer redadas y operativos para contener a los migrantes que andan por todo el país.
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AHORA desde el exilio del poder mexiquense, el PRI busca la forma de reconstruirse. Hace unos días, Alejandro “Alito” Moreno se reunió con legisladores locales, federales y liderazgos políticos tricolores, incluida la ex candidata a la gubernatura, Alejandra del Moral.
QUIENES saben de la liturgia priista en esas tierras, aseguran que el dirigente fue a tantear las aguas para enviar próximamente un delegado de confianza que le ayude a recuperar el control del partido. Sin duda el priismo mexiquense anda huérfano, la pregunta es si “Alito” es la mejor opción que tienen para reagruparse.
Gsz