Dentro de siete años Libia García podría pasar la gubernatura a una sucesora o sucesor de su partido. Imposible vaticinar el futuro pero las probabilidades de que Acción Nacional conserve el poder son altas.

A Ricardo Sheffield no lo podemos descartar si hace una campaña inédita. El tema es el mismo: ¿cómo estará Guanajuato cuando tengamos la realidad de lo que se cumplió y lo que quedó atrás?

La misma pregunta podremos hacer a Diego Sinhue Rodríguez: ¿qué prometió, qué cumplió y qué quedó pendiente? El joven gobernador descubre a estas alturas de su mandato que el tiempo pasa rápido.

Hace 17 años, en el 2006, Jorge Videgaray, quien hoy apoya a Libia, nos invitó a comer al extinto restaurante El Zaguán, a Vicente Guerrero y un servidor. La entrañable amistad de Jorge y Vicente hacía fácil un encuentro para hablar con franqueza. Coincidimos en que Vicente ganaría la elección y que su limitante para lograr todo lo que quería era el tiempo.

Sugerimos entonces que podía destinar la mitad de sus horas a generar proyectos para la administración que iba a encabezar. La mejor forma de comenzar cualquier obra o programa es con proyecto en mano. Podría dedicar media jornada a la campaña y medio día a revisar y supervisar los mejores planes para la ciudad.

Como Vicente (q.e.p.d) era un hombre de intachable conducta y entregado al 100 % al servicio, pensó que lo mejor era hacer su campaña de tiempo completo y esperar. Pasaron dos años y los buenos oficios de Jorge nos reunieron de nuevo. Vicente recordó el anterior encuentro y recordó que la idea de llegar con proyectos en mano desde el primer día le hubiera ayudado a construir más, crear más y aprovechar los escasos 36 meses de alcalde.

En el último año del trienio la salud de Vicente se deterioró y a pesar de limitaciones físicas siguió trabajando y dando todo de sí para su amada ciudad. Aunque en su momento hubo críticas a su tenacidad, a dejar todo por servir a pesar de su estado, hoy debe ser valorada su entrega.

El tema vuelve a repetirse. Xóchitl Gálvez, quien tiene una montaña del tamaño del Everest por escalar, desde el primer día acude a la experiencia y buenos oficios de Enrique de la Madrid, Ildefonso Guajardo, José Ángel Gurría y otros especialistas para diseñar una propuesta de gobierno, una visión de país. Porque, ¿cómo llegar a una campaña con las manos vacías, sin un proyecto de nación?

Libia, desde ya, puede decirnos cómo va a pacificar Guanajuato; cómo va a defender la vida de las mujeres, los menores y de todos. Con quién o quiénes piensa lograrlo. Para eso necesita un proyecto de seguridad pública como el que hizo Rubén Moreira para Coahuila, por ejemplo. También debe estar preparada para quien llegue a la presidencia, sea Xóchitl o Claudia. Guanajuato no puede vivir otros seis años de discriminación de la Federación.

Seguridad, agua, empleo, salud, educación, combate a la corrupción e infraestructura, necesitan un proyecto individual. No creemos que se deba de hacer por consulta popular (puro populismo puro). Guanajuato tiene cáncer con metástasis en seguridad. Hay que curarlo con ayuda de tres apoyos: un proyecto, determinación y especialistas. (Continuará)

Gsz

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