SE LLEVAN pesado los morenistas cuando se trata de pelearse por una candidatura. A Clara Brugada, por ejemplo, le están aplicando un Marcelo Ebrard.
ES DECIR, le están echando montón en la interna morenista para que no pueda darle la pelea al elegido por Claudia Sheinbaum, que no es otro que Omar García Harfuch. De ahí que al proceso de selección en la CDMX se inscribieron ¡32 suspirantes!
ENTRE ELLOS está el impensable e impresentable Hugo López-Gatell, cuya misión, según reconocen hasta los propios morenistas, es restarle buena parte del voto duro a Brugada, dado que García Harfuch tiene muy buenos números con los sectores ajenos a Morena.
EN MEDIO de este tironeo aparece Alejandro Encinas y, ¡zas!, le aplica un golpe demoledor al ex jefe policiaco al ligarlo con la construcción de la llamada “verdad histórica” de Ayotzinapa, un pecado mortal dentro de la 4T. Y esto apenas comienza.
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SEIS JÓVENES asesinados y uno gravemente herido. Otro crimen sin sentido, sin castigo y sin responsables. Esta vez fue en Zacatecas, donde el gobernador David Monreal anduvo entretenido ayer entregando loncheras.
PERO la cosa se pone peor para México al ver las cifras de los homicidios. Todos los días hay una masacre en el país, si se mira el conjunto de los 80 homicidios que se registran en promedio diariamente.
EL MARTES hubo un reguero de restos humanos en Monterrey, y para el presidente Andrés Manuel López Obrador fue simplemente “un día difícil”. Lo difícil, más bien, es entender que los criminales saben que cuentan con impunidad por obra y gracia de un sistema de procuración de justicia y por una política de seguridad que ya demostraron que no funcionan. Como bien dijo AMLO: ¡Ahí están las masacres!
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HACE muchos, muchos años, en una galaxia muy lejana, Pemex era la caja chica del gobierno federal. La empresa petrolera era un barril de dinero contante y sonante que parecía que jamás se acabaría. Pero se acabó. Y hoy es el gobierno la caja chica de Pemex, salvándolo o, mejor dicho, tratando de disimular todos los días que ya quebró.
Y COMO es más fácil convertir el petróleo en vino antes de que el Presidente acepte que se equivocó, esta administración seguirá subsidiando a Pemex. Esta adicción al mito petrolero es un verdadero peligro para México, pues como advirtió la calificadora Moody’s el próximo gobierno se encontrará con finanzas muy débiles, tanto por los apoyos a Pemex, como por la bomba de tiempo de las pensiones. Tic, tac, tic, tac…