El presidente López Obrador dijo contar los días para el término de su mandato. No solo él los anota, somos muchos quienes anhelamos el fin del sexenio. Lo esperamos porque cinco años después, el país está cansado de vivir en conflicto diario, alejados de la verdad, enfrentados y con una criminalidad nunca imaginada.

Aunque surgen publicaciones con la historia de los días tumultuosos de la llamada 4T, a partir de hoy se cocinan decenas de libros para contar todo, para conocer la verdad desde muchos ángulos, con el acento en un país dividido.

Macario Schettino publica en agosto “El dinosaurio disfrazado”, toda una tesis sobre la necesidad de retomar el camino de la democracia del último cuarto de siglo y no escuchar el llamado del pasado. Como en muchas de sus conferencias, Schettino pronostica la salida al futuro y el rompimiento con la fallida transformación.

Pablo Hiriart, uno de los periodistas críticos más agudos de El Financiero, no cree en una transición suave al final del sexenio. En su libro titulado “El Destructor”, predice un manotazo desde el poder para anular la elección si la oposición no gana con amplia ventaja. Para Hiriart vivimos en peligro de una regresión autocrática y de la destrucción de nuestras instituciones. Lo visto en los 34 años de carrera política de López Obrador indican que no soltará el mando a una fuerza política opositora.

Elena Chávez, expareja de uno de los hombres más cercanos al presidente, César Yáñez, publicó un libro convertido en éxito de ventas con el título “El Rey del Cash”. Aunque la historia del movimiento de efectivo desde el gobierno hacia los integrantes de Morena es verosímil, faltó el rigor del documento, la prueba fehaciente de lo escrito. El libro sigue entre los primeros lugares de venta.

Raúl Olmos, periodista de investigación, puso en claro la forma de vida de la familia presidencial, de José Ramón López Beltrán, con la publicación de  “La casa gris”. Fue una de las primeras grandes revelaciones difundidas por Carlos Loret de Mola en Latinus.

El material para escribir la historia de este sexenio es inagotable. La primera fuente son las propias conferencias “mañaneras”. Miles de horas de discurso, entrevistas, fantasías y doctrina del presidente pueden ser consultadas para contar todo. Ahí están los números, los otros datos, los “detentes” milagrosos, los ataques a los “adversarios conservadores” a la oposición a Xóchitl Gálvez y la UNAM, por ejemplo.

Las mañaneras son el relato del regreso a un presidencialismo sólo recordado en la figura de Carlos Salinas de Gortari. Están los aplaudidores pagados, los periodistas a modo, la presencia de funcionarios como Hugo López-Gatell con toda la relatoría del fracaso en la contención de la pandemia.

La otra parte para el registro de la historia está en las contradicciones entre lo propuesto en campaña y la realidad, los datos ciertos, firmes y comprobables. La militarización del país, la destrucción de instituciones de salud y el adoctrinamiento de corte socialista populista en los libros de texto. Qué decir de la tragedia migratoria o los más de 165 mil homicidios dolosos al 30 de septiembre.

Cada uno de nosotros podría contar lo vivido porque nunca hubo tiempos como estos desde el levantamiento de Chiapas. La historia no se va a contar ni a registrar como lo imagina la política autocrática del gobierno de Morena. 

Gsz

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