Con palabras más, palabras menos, Dante Delgado afirmó que Xóchitl Gálvez podría haber sido una buena candidata ciudadana, ajena a los partidos y sin la carga de negativos que estos significan. “¿Cómo va a jalar una sola persona a tres partidos tan desacreditados, PAN, PRI y PRD, y que la sociedad no cree en ellos?”.  Tras el impulso inicial de medios, la imagen de Xóchitl Gálvez ha ido en descenso… Recientemente, la candidata dejó de plantón a los empresarios en León. ¿Desorden en la agenda, o falta de oficio político? 

A causa de la derrota que les asestó Morena en el 2018, los grandes partidos quedaron catatónicos y desmoralizados. El PAN sobrevivió gracias a su nicho de mercado en grupos conservadores de clase media. Su líder, Markito, ha sido el peor del que se guarda memoria, por insignificante e intrascendente. Por su parte, el PRD ya repartió las esquelas… Y al que llamaban el “nuevo PRI”, pero que nadie sabe quién es ahora, quedó totalmente desacreditado por la rampante corrupción en el sexenio de Peña Nieto, perdió casi todas sus gubernaturas y quedó a merced de un hombre ambicioso, deshonesto e impresentable, un gánster salido de la serie de “Los Sopranos”, Alejandro Moreno, alias Alito.

En este contexto, apareció un mecenas, Claudio X. González, interesado en alquilar a los partidos para contender en el 2024 e intentar volver al modelo económico neoliberal. Así las cosas, sentó a la mesa al PRI, PAN y lo que queda del PRD para hacerles ver la realidad monda y lironda de sus miserias políticas. Les planteó que “solamente, todos unidos y con candidato externo podrían con la fuerza de Morena, por lo menos para impedir que tenga la mayoría absoluta”. 

Así se concertó el Frente Amplio por México. Posteriormente, Xóchitl fue un alumbramiento fortuito, una tabla de salvación, porque los partidos no tenían candidatos con que competir. Esto desvela su pobreza y pequeñez, otrora amos que controlaban al alimón la vida política de México.

Cargar y lidiar con los tres partidos es un bulto muy pesado, y si no se tiene experiencia y oficio, es peor. Pero esto, engendra otros problemas más graves aún para Xóchitl: ¿Quién podrá ser el coordinador (malabarista) de esta amalgama de políticos de diferentes especies, diferentes apetitos e instintos depredadores, más los intereses de Claudio X. y organizaciones sociales? 

Ya nombraron coordinador, a instancias de Markito, a Santiago Creel, que nunca se ha empolvado los zapatos y viste “todo Palacio”. Pronto, al saber que no estaba en la lista de senadores plurinominales, olvidó su amor por México, enjugó sus lágrimas de histrión y decidió irse a una playa paradisiaca a proseguir su luna de miel; también, Alito, prefirió irse a España; así, solo quedó para impulsar a la candidata de la derecha, un exguerrillero de izquierda, Chucho, del PRD. ¡Qué ironía…!

Otro de los problemas que tiene Xóchitl es que sus asesores, un equipo de perdedores, no conectan entre sí, ni con los lideres de los partidos, una verdadera Torre de Babel: Margarita Zavala, Germán Martínez y Arne Aus den Ruthen, su polémico “city manager”, Josefina Vázquez Mota y Fox, que ya tuvo que ser despedido, porque solo pensaba en su pensión y no controla la lengua. A estos se les atribuye el distanciamiento de la candidata del Frente con los liderazgos partidistas. A lo anterior, habría que agregarle que, en ocasiones, Markito es el preferido en turno, en otras, Alito es el paladín de las causas difíciles, lo cual genera tensiones.

Pero el mayor dilema que tiene Xóchitl y Claudio X. por resolver, es la paradoja de querer ser y parecer una candidata ciudadana, sin la mácula de los partidos; y por otro lado, está la necesidad imperiosa de galvanizarse con el PRIAN. No se quieren, pero se necesitan, esa es la cuestión, se arrejuntan por necesidad, que no por amor. La candidata del Frente ha andado visitando gobernadores del PAN para pedirles apoyos y estructura para los siguientes meses.  

Mientras Xóchitl busca apoyos, los lideres partidistas están ocupados en la rebatinga de candidaturas por venir, que comprenden nueve gubernaturas, la renovación de la totalidad del Poder Legislativo y múltiples alcaldías. En estas lides, la participación de Xóchitl será meramente testimonial, no tendrá ni voz ni voto. Recordemos que ella es la figura mediática; los partidos en el Congreso, y los empresarios con el control de Hacienda tendrán el poder real.

Xóchitl y Claudio X. saben que las posibilidades de éxito dependerán de la acción territorial de los partidos. Aunque Josefina Vázquez Mota les manda un mensaje subliminal: “No ganar es todo un desafío, pero también por las traiciones y el abandono… Cuando mi campaña, fui a visitar varios gobernadores del PAN, pero me dejaron sola por instrucciones del presidente Calderón”. Lo mismo le sucedió al excandidato a la Presidencia, Roberto Madrazo, lo traicionaron los gobernadores priistas. Así, Josefina les advierte de una variable más: Las deslealtades de los líderes de partidos y gobernadores.

LALC

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