El presidente lleva todo el sexenio diciendo que Pemex ha sido el ícono de la corrupción durante décadas. Pero acaba de nombrar como secretario de Energía a un hombre que lleva décadas en Pemex, a un heredero estrella de esos años oscuros de la paraestatal (a juicio de López Obrador).

Maciel Torres pasó más de 30 años trabajando en Pemex, ahí desarrolló su carrera en el sector. Se jubiló en 2017. Pero en 2019 llegó a la Secretaría de Energía para volverse subsecretario de Hidrocarburos, por nombramiento de Rocío Nahle. El historial del nuevo secretario deja muchas dudas. Lo que más se resalta es que fue subdirector de desarrollos de negocios de exploración y producción de la Dirección Corporativa de Alianzas y Nuevos Negocios de Pemex. Administró y fue gerente de proyectos relacionados con la exploración y producción de petróleo, pero obviamente ninguno cerca del reto que implica el actual encargo que se le ha conferido a este hombre que, ya pensionado, seguramente nunca imaginó le llegaría esta oportunidad.

Sobre la que se va. Lo que menos se puede decir de Rocío Nahle es que su paso por la Secretaría de Energía pasó desapercibido. Todo lo contrario. Fue saltando de escándalo en escándalo. De los incumplimientos de Dos Bocas a las sospechas en el reparto de contratos. Pero no tuvo nada que temer: siempre contó con la protección de López Obrador.

De aquella promesa de convertir a la CFE y a Pemex en las grandes empresas del gobierno hoy no queda nada: Pemex sigue siendo la petrolera más endeudada del mundo y la rectoría de la CFE ha dejado con apagones a buena parte del país, además de que muchas nuevas empresas no pueden instalarse porque no hay luz disponible, es decir, no se ha invertido lo suficiente en generación de energía.

El presidente decía que no tenía mayor ciencia extraer petróleo. Pero Pemex no alcanzó las metas de producción que prometió.
El presidente prometió que iba a hacer una refinería en 3 años a un costo de 8 mil millones de dólares. Especialistas de todo el mundo le advirtieron que eso era imposible. Él se empecinó, dijo que claro que sí y encomendó a Nahle la tarea. La realidad se impuso: ya van casi 5 años y aún no está lista, y ha costado 16 mil millones de dólares.

Hoy Rocío Nahle busca la candidatura de Morena a la gubernatura de Veracruz. Cuenta con el respaldo del presidente que apenas antier hizo un encendido elogio en su mañanera. AMLO debe estar preocupado por lo que le dicen las encuestas sobre Veracruz, porque en la mañanera de ayer la defensa encendida fue del vilipendiado gobernador morenista veracruzano, Cuitláhuac García.

Es claro que el presidente López Obrador ya tiró la toalla respecto a dar resultados en temas como la seguridad o servicios de salud. Está enfocado en sus controvertidos proyectos para que el éxito de su gobierno no se mida en homicidios o medicinas repartidas, sino en que funcione el tren maya, refine algo —lo que sea— Dos Bocas y un puñado de aviones usen el AIFA.

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