Hay algo en lo que la oposición debería copiar al presidente: en cómo ser un buen opositor. Durante todo el tiempo que Andrés Manuel estuvo luchando contra Fox, Calderón o Peña Nieto, difícilmente les dejaba pasar una. Para ponerlo en lenguaje beisbolero, las bateaba todas. Hits, dobles, triples y varios jonrones. Los presidentes le pitcheaban y AMLO conectaba. Para poner de rodillas a la administración pasada le bastaron dos escándalos: Ayotzinapa y la Casa Blanca.
Ahora López Obrador es el pitcher. Es el que provee de escándalos para que la oposición pueda tomar el bat y lucirse. Pero no hay bateo. La pólvora está mojada.
El negocio de la cancelación del aeropuerto de Texcoco se lo quedaron los amigos de Andy López Beltrán. Hubo 800 mil muertos en la pandemia y los análisis dijeron que 200 mil de esas muertes fueron culpa de las malas políticas del gobierno. En Segalmex se robaron 15 mil millones de pesos, dinero para dar de comer a los más pobres. El país se quedó sin medicinas. Es el sexenio de más asesinatos en la historia. El Instituto Nacional de Migración dejó morir a 40 migrantes en el incendio de Juárez porque les cerró la puerta. Pío y Martinazo López Obrador videograbados recibiendo sobres amarillos con dinero en efectivo.
José Ramón López Beltrán viviendo en Houston, en la lujosa casa de un contratista de Pemex. Las 23 casas de Bartlett. Los viajes de lujo con cargo al erario del secretario de la Defensa. Los 27 vuelos familiares de Ana Gabriela Guevara mientras se niega apoyo a los deportistas. El Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado que le robaba al pueblo lo devuelto. El AIFA salió más caro que el aeropuerto cancelado en Texcoco. La refinería ya costó el triple. El tren maya, más del doble. Desapareció el Seguro Popular y dejó a 30 millones de mexicanos sin servicios de salud. Fracasó el Insabi, fracasó Gas Bienestar. El huachicol sigue en esplendor y ahora hasta se roban gas. El fraude millonario de los cajeros automáticos del Banco del Bienestar: no instalaron ni el 10% y el responsable ahí anda impune como aspirante a gobernador. La rifa del avión que no se rifó, y que luego se malbarató. La segunda del SAT y hermana del secretario de Gobernación, con su clan del sureste con millonarios contratos del gobierno de su esposo en el pobre estado de Chiapas.
Los contratos de la prima Felipa Obrador con Pemex. El carrusel de cash donde el secretario particular del presidente se formaba varias veces en las sucursales bancarias para realizar depósitos y no reportarlos a Hacienda. El privilegiado trato con Redemsivir que se le dio al presidente cuando tuvo Covid mientras al resto de mexicanos se les restringía. La Línea 12 del Metro donde descalificaron la investigación que ellos mismos habían contratado. La condecoración a Cienfuegos. La nueva verdad histórica de Ayotzinapa que es igual a la vieja. El aval al grupo terrorista Hamás.
Son decenas. Con dos de esos, López Obrador hubiera hecho milagros. Pero la oposición de hoy no mete carreras. Ataca y suelta. Y así no van a ganar el partido.
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